“Cuanto más te conoces, más claridad hay. El autoconocimiento no tiene final -no alcanzas un logro, no llegas a una conclusión. Es un río sin final”
Jiddu Krishanamurti
El arte de renovarse y vivir mejor con terapia Gestalt
La vida nos ocurre. Somos un sistema vivo que transita por diferentes experiencias… ¿Estás comprometido con tu vida? ¿Te sientes el capitán de tu barco… o eres como un barco a la deriva?, ¿Sientes la energía en tu cuerpo, te sientes VIVO?.
La terapia Gestalt, como técnica terapéutica y como filosofía de vida, propone estar atentos a los fenómenos que ocupan nuestra experiencia, nuestra conciencia… el estar con ello de modo ecuánime, sin juzgarnos o pelearnos con nosotros mismos. Se trata de transitar nuestras experiencias desde la aceptación y el respeto: Si está furiosa lo estás.
Habitar lo que nos sucede con una mayor frecuencia nos permite desarrollar una mayor capacidad de sostener nuestra experiencia, y distintas intensidades de la misma. Nos familiarizamos con lo agradable, desagradable y lo neutro de la vida.
A medida que nos dejamos vivenciar una emoción como la ira, podemos registrar su función sana, la fuerza que nos da, y reconocer lo que vivimos en ella pudiendo desarrollar un mayor auto-criterio. Esto pasa por darnos espacio para vivirla en primera persona sin dejarnos influir por voces externas.
El compromiso con uno mismo/a nos lleva a un aprendizaje por exploración que nos permite acercarnos a nuestra vida desde la curiosidad, para descubrir qué me pasa, y qué me pasa con lo que me pasa.
10 sugerencias de terapia Gestalt para comprometerte contig@ mismo:
- Conocer más lo que te sucede y no boicotearlo: Profundizar, por ejemplo, en tu enfado.
- Reconocer tu vivencia dando espacio a lo emocional, lo corporal y al pensamiento: «Mi enfado se traduce en tensión en la espalda y la mandíbula, además estoy triste y me digo que tengo que ser más contundente en mis relaciones»
- Ampliar la conciencia vital, de mi presente y de mi responsabilidad. Es decir, saber cómo estoy en el ahora y qué decido con mi vivencia. Sentir es existir.
- Establecer una relación auténtica con uno mism@. Ser honesto con lo que me pasa: «Estoy enfadado y ya vemos que hacemos».
- Respetar lo que se vive por encima de lo que debería vivirse: «Me gustaría estar contento y valorar todo lo que tengo, pero el hecho es que estoy triste»
- Ser compasivos con nosotros mism@s. Abrazar el goce y el sufrimiento.
- Aumentar la capacidad de estar en el “aquí y ahora”. Dar espacio a nuestra vivencia es una forma de habitar el presente.
- No temer lo que vivimos. Relacionarnos con nosotros mism@s desde el permiso a vivir lo que se vive. Sanear lo “oscuro” y lo que puede convertirse en tabú: «Mis fantasías sexuales no me convierten en un monstruo».
- Adquirir una mayor información que nos permitirá gestionarnos de un modo más ecológico y coherente con nuestras necesidades y anhelos. El saber que le pasa a nuestro coche, que desea o necesita y cómo es, podemos optimizar su conducción.
«Experimentar, vivenciar, decidir…»
Abraham Maslow.
