En este post el psicólogo de Barcelona Jordi Gil Martin, nos habla sobre la depresión: qué es y cómo podemos reconocer sus síntomas. Podrás leer cuáles son los síntomas de depresión severa, y cuáles son los síntomas de la depresión leve o “invisible”, y su relación con el estrés postraumático.

¿Qué es la depresión y cuáles son sus síntomas?

La depresión es un trastorno frecuente en nuestra sociedad, implica un estado de ánimo bajo y/o la pérdida de interés o placer en actividades cotidianas. Es un trastorno que invade a la persona.

Los síntomas de la depresión se manifiestan en tres niveles: somáticos, cognitivos y emocionales.

• Los síntomas de depresión en el nivel somático son: cambio de peso, pesadez, baja energía, disminución en el apetito, alteraciones del sueño, insomnio o hipersomnia…
• Los síntomas de depresión en el nivel cognitivo son dificultades de atención, indecisión, concentración o memoria, pensamientos recurrentes de muerte o ideación suicida,…
• Los síntomas de depresión en el nivel emocional son irritabilidad emocional, sentimientos de inutilidad, culpa excesiva, miedos irreales, labilidad o desconexión emocional, ataques de ira, …

La depresión mayor: Síntomas y criterios clínicos para su diagnóstico

Seguidamente vamos a repasar los criterios clínicos de diagnóstico para el trastorno depresivo mayor (DSM-5) para seguir profundizando en este trastorno.

Según el Dsm-5, el manual de desórdenes psiquiátricos, que es la guía médica utilizada usada para diagnosticar y clasificar enfermedades mentales:

Para el diagnóstico de depresión mayor, ≥ 5 de los siguientes síntomas es necesario que estén presentes casi todos los días durante un período dado de 2 semanas, y uno de ellos es el estado de ánimo depresivo o la pérdida de interés o placer:

• Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, casi todos los días, según se desprende de la información subjetiva (p. ej., se siente triste, vacío, sin esperanza) o de la observación por parte de otras personas (p. ej., se le ve lloroso). Nota: En niños y adolescentes, el estado de ánimo puede ser irritable.
• Disminución importante del interés o el placer por todas o casi todas las actividades la mayor parte del día, casi todos los días (como se desprende de la información subjetiva o de la observación).
• Pérdida importante de peso sin hacer dieta o aumento de peso (p. ej., modificación de más del 5% del peso corporal en un mes) o disminución o aumento del apetito casi todos los días. (Nota: En los niños, considerar el fracaso para el aumento de peso esperado.)
• Insomnio o hipersomnia casi todos los días.
• Agitación o retraso psicomotor casi todos los días (observable por parte de otros; no simplemente la sensación subjetiva de inquietud o de enlentecimiento).
• Fatiga o pérdida de energía casi todos los días.
• Sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva o inapropiada (que puede ser delirante) casi todos los días (no simplemente el autorreproche o culpa por estar enfermo).
• Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o para tomar decisiones, casi todos los días (a partir de la información subjetiva o de la observación por parte de otras personas).Pensamientos de muerte recurrentes (no sólo miedo a morir), ideas suicidas recurrentes sin un plan determinado, intento de suicidio o un plan específico para llevarlo a cabo.

B. Los síntomas causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
C. El episodio no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia o de otra afección médica.
D. El episodio de depresión mayor no se explica mejor por un trastorno esquizoafectivo, esquizofrenia, un trastorno esquizofreniforme, trastorno delirante, u otro trastorno especificado o no especificado del espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos.
E. Nunca ha habido un episodio maníaco o hipomaníaco.

¿Qué implica entonces estar depresivo o depresiva?

De todo lo comentado hasta aquí podemos reconocer que una depresión implica una desregulación interna que afecta a todas las áreas. Lo que lo depresivo está vinculado a la pérdida, la disminución, como que el sistema interno ve reducidas sus capacidades naturales o sus recursos.

Es importante reaccionar lo antes posible y no ir acumulando “puntos depresivos”, y que éstas manifestaciones sean tratadas por un psicólogo o profesional de la salud mental antes de que sobrepasen a la persona, preferiblemente un terapeuta o un psicólogo que posea experiencia clínica y que le ayude a discernir que sucede antes de ir directamente a medidas psicofarmacológicas.

La depresión leve

A veces la depresión se muestra de una forma más moderada, pequeña o sutil. Lo depresivo se puede mostrar con diferentes tamaños con menor sintomatología o que estos sean menos obvios.

Una forma de depresión leve es lo que podíamos llamar las “depresiones invisibles”, se trata de cuando la persona sin darse cuenta por ejemplo tiene un área de su vida, p.e: la socialización o el placer que está deprimida, seca o cancelada. Esta forma a veces es más peligrosa al no ser tan obvia, y existe más riesgo de normalizar una vida anímica baja.

En la depresión leve, es muy importante, de cara a tener una vida plena que la persona este atenta a revisarse, que no acepte ni se resigne a lo depresivo, y que no normalice el no tener unos mínimos de vida social o sexual. Para ello es importante poder escuchar las propias necesidades y deseos, ya sea en el curso de un proceso terapéutico o dándonos espacios para poder encontrarnos con nosotros mismos.

La depresión y su conexión con el estrés postraumático

A veces desde los traumas infantiles y/o adolescentes se normaliza el vivir en un estado anímico bajo, un ir tirando o aceptar cierto pesar existencial en el cotidiano.

Es importante el ir chequeando nuestras dimensiones de vida para poder cultivarlas o actualizarlas, mucho más en el caso de personas con trastorno de estrés postraumático, en el que la persona una vez ha sobrevivido, quizás no se plantee que es posible vivir de un modo más pleno, pacificado, optimista y alegre, y no solo acceder a estas experiencias de un modo puntual.

“En verdad solo estoy contento cuando se acerca el viernes” o “el domingo noche se me hace triste”, como en los antiguos tiempos del trauma escolar, intente y no renuncie a estar contento un lunes.

El trauma y la depresión a veces se esconden de forma puntual, hay que revelarlos y rebelarse a lo que nos imponen.

En la depresión existe una falta de sentido o una escasez de propósitos es como un barco estancado, que no ve ningún faro, horizonte o aventura que le motive a moverse.

La depresión nos obliga a rechequear nuestra ruta, a salir de las coordenadas actuales, a elaborar una propuesta vital mínimamente estimulante para que los motores se activen, esta es su función sana.

Como dijo el escritor y periodista Johann Hari, «Tu depresión no es un problema técnico, es una señal. Escúchala.»
Escuchar el mensaje y afrontarlo.