Eneagrama y trauma

En este post el psicólogo de Barcelona Jordi Gil Martín escribe acerca de la relación entre los traumas psicológicos de la infancia y la estructuración del carácter o personalidad que se refleja en los 9 eneatipos del eneagrama. ¿Cómo pueden resolver el trauma los eneatipos?

Eneagrama de la personalidad y trauma psicológico infantil

Carácter, personalidad y eneatipo serán usados como sinónimos en este post, Igual que trauma psicológico y herida, de hecho trauma en latín significa herida.

El Eneagrama de la Personalidad, comúnmente conocido como Eneagrama, es un mapa de la personalidad, nos habla de 9 tipos de carácter o eneatipos que se desarrollan desde la herida infantil.

El carácter se configura y define acerca de los 6-7 años aproximadamente.

Carácter es un término prestado del latín character, (kharakter = el que graba), characteris ‘hierro de marcar ganado’. Vemos que su origen etimológicamente está asociado a lo grabado.

La personalidad se quedó grabada, igual que se quedó grabado el trauma se queda grabada la respuesta traumático – defensiva, como un niño invadido que responde con el aislamiento como mecanismo de supervivencia (eneatipo 5).

Desde nuestra herida infantil desarrollamos un carácter o eneatipo

De nuestro potencial ser, se configura una forma de carácter.
Del centro del eneagrama nos desviamos, nos descentramos, hacia una de sus puntas.
Pecado originalmente hacía referencia a pecar, término tomado del arte del tiro al arco, descentrase de la diana, no estar en el centro, y en ningún caso se refiere a hacer algo malo, sencillamente me desvié de mi centro esencial.
Por eso todo trabajo de sanación implica un centramiento, un retorno al ser central. En la figura geométrica del eneagrama observamos cómo derivamos en nueve puntas inte-rcomunicadas y que se cruzan.

La herida infantil se da en la relación del niño con su entorno.

La mayor influencia es la relación con los padres y también influyen el contexto geográfico, escolar, episodios puntuales y cultural,…
El carácter asimismo se configura desde la herida, y también permite gestionarla, es decir una personalidad 4 desde la herida de abandono y también desde esta personalidad 4 sobrevive, gestiona y transita este trauma.
El eneatipo es nuestra estrategia de supervivencia para afrontar la infancia y la adolescencia. No es el enemigo, es un amigo que nos ayuda a transitar lo difícil, pero que es importante que no reine ni condicione nuestra vida.

La herida recibida es decir la agresión recibida por el exterior, es una herida de amor, algo no fue amado, algo fue dañado y por tanto no desarrollado.
La herida infantil lleva a esa persona a experimentar el mundo de una cierta forma, se configura una forma de ser, estar y percibir el mundo.
La herida primaria puede darse a través de una acción activa del contexto, sea por abandono, maltrato o sobreprotección, o por una acción pasiva, no desarrollar o limitar el potencial de un niño. Los padres no son perfectos no pueden nutrir o cultivar todas las áreas del ser. Es inevitable que se configure una personalidad, la cual también cumple una función social, nos da una carta de presentación y una estrategia en un mundo de formas que surgen del fondo.
Otra cosa es que, personalidades que han recibido una crianza suficientemente luminosa pueden habitar en más momentos las experiencia de ser, o que se ataquen menos a sí mismos desde su carácter, igual que dos personas cuando son capaces de quitarse su propia máscara defensiva es más probable que conecten de forma profunda.

Trabajarse el eneatipo es trabajarse los traumas infantiles, aquello que fue dañado o no cultivado.

El eneatipo 9 puede retornar a sentirse que él también es prioridad, que es el primero.
El eneatipo 8 puede sanar el poder sentirse vulnerable, y permitirse la experiencia de debilidad
El eneatipo 7 puede rehabitar la quietud y la paz
El eneatipo 6 puede reconectar con la seguridad
El eneatipo 5 puede respirar la vida fuera de su castillo, y conectar con la alegría básica del vivir
El eneatipo 4 puede reconectar con la abundancia.
El eneatipo 3 puede dejar de transformarse según la mirada del otro, y permitirse explorar su ser
El eneatipo 2 puede revivir la experiencia de que el otro no es necesario para sentirme querido
El eneatipo 1 puede disfrutar de la vida sin el yo superior

El trabajo con el eneagrama es un trabaja con el trauma, se trata de destraumatizar lo que hay detrás de determinados rasgos de nuestro carácter, cuando alguien manifiesta es que yo soy así se refiere a su carácter, su carácter es así, y algo paso que configuró ese rasgos, ya sea un trauma grande, mediano o leve.
Asimismo es importante reconocer los microtraumas los cuales a veces alimentan los grandes traumas, como por ejemplo “un día me empujaron de un trampolín en un parque de atracciones y ya no volví a ninguno más, algo se canceló en mí, fue algo más que alimento mi desconfianza en los demás”.
El eneatipo es la puerta de entrada al trauma, a la herida infantil, y por tanto a la sanación traumática.

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