A veces nos olvidamos que toda cambia, todo muta, de experimentar la permanente impermanencia a la que tanto nos desea invitar el budismo.
Steve Jobs afirmo «la muerte es probablemente el mejor invento de la vida, retira lo viejo para hacer sitio nuevo».
A veces nos olvidamos que toda cambia, todo muta, de experimentar la permanente impermanencia a la que tanto nos desea invitar el budismo.
Esto a veces se traduce en frustraciones exageradas cuando perdemos a alguien o algo, nos olvidamos de las aparentes derrotas que después fueron victorias, de las tragedias que no se encarnaron,… o queremos agarrarnos a los buenos tiempos, al amor perdido, a las viejas glorias, etcétera y etcétera. Nos cuesta soltar y buscamos lo eterno.
Un buen ejercicio es tomar un objeto favorito que tengamos en casa sea una taza, una figura, un libro …, y colocarnos ante él , respirarlo y de a poco, tomar conciencia que un día se romperá o simplemente será arrollado por el Dios Tiempo, tomar conciencia que nosotros también, y desde allí sentir lo que surja sea tristeza, enfado, …poder decir sí a la vida para poder sentir al fin gratitud por disfrutar de mi taza el tiempo que se me conceda y de mi existencia como ser cambiante, afortunadamente cambiante, todo será renovado.
No busques lo eterno, siéntelo, sin querer agarrarlo.
Las tazas también cambian, amigo/a.
Jordi Gil
Co-Director Gestalt Salut