La salud psicológica en tiempos de covid19 y desconfinamiento
La vida en los próximos días no va a ser la misma, que la de antes del confinamiento. Es necesario aceptar que hay un antes y después del confinamiento. El primer paso para relacionarnos con algo es aceptar su existencia.
Es importante preparar nuestra mente para este cambio de paradigma social y también individual. Igual que existe una fase de preparación antes de escalar una montaña importante. Debemos prepararnos para volver a vivir en una población humana que ha sufrido un tsunami.
Es momento de prepararnos ante el desconfinamiento gradual, un instante deseado pero que nos conecta a todas las emociones, también al miedo. Además seguimos viviendo una inevitable incertidumbre. Aún no sabemos que nos encontraremos y cómo responderemos ante la única certeza de que la realidad no va a ser la misma que la de antes.
El retorno: Puntos de apoyo para abordar el miedo, la tristeza, los pensamientos y la resistencia psicológica, entre otros factores
- Detén en lo posible los pensamientos anticipatorios. No sabes lo que vendrá, y no sabes si será mejor o peor, pero en esta situación sabes que será distinto aunque no sepas el grado de cambio.
- Conserva tu humanidad. Se puede contactar desde una mirada, y dar las gracias o saludar con la mano si alguien nos ayuda a mantener la distancia de seguridad o nos cede el paso, o dar las gracias al transportista desde una ventana o detrás de la puerta. Debemos luchar por mantener los valores humanos, y no caer en fobia o deshumanización.
- Confía en tu resiliencia, estás preparado para desarrollar nuevas habilidades y enfoques. El cerebro es plástico.
- El desconfinamiento también pondrá a prueba nuestra resistencia psicológica, y la tienes.
- Es normal que las etapas graduales de este ingreso en la nueva realidad social nos tensen o desestabilice en algún momento, evoca la imagen de las plantas o árboles que son azotados por el viento pero después recuperan su posición natural.
- Sigue en el camino de la prudencia. Mantén el punto medio, entre el pánico y la temeridad, hay muchos puntos intermedios. Haz cambios tímidos y prudentes en tu día a día, mantén a toda costa las medidas de seguridad adecuadas.
- Cuida tu dialogo interno, no te fustigues por tener miedo, puedes actuar desde el miedo
- Si te desbordas emocionalmente, atiende el desborde, sea relajándote, yendo a la quietud o al movimiento, o llamando a alguien. No te aisles. Estamos todos juntos en esto.
- Silencia al crítico interno, no te ataques por no haber sabido esquivar a alguien en una esquina, o por haber tocado un pomo, ni por tener miedo. Defiéndete del autoataque o de peligrar situaciones neutras.
- Felicítate por haber superado este primer tsunami. Y también déjate sentir la tristeza por los caídos. Las dos cosas son dignas de valorar.
- Reconoce tu tristeza por lo perdido, dar espacio a esta emoción nos libera tensión y nos da conciencia de humanidad.
- Confía en tu sentido común y desconfía de los que creen que ya no pasa nada.
- Valora como puro éxtasis hechos cotidianos como respirar o salir de casa. Si ni un confinamiento radical te hace valorar la vida ¿Qué más necesitas?
- Comparte la dureza de lo vivido. Descomprime tu dolor y oxigena tu vulnerabilidad.
- Estate preparado para poner límites, si alguien no respeta la distancia de seguridad o te pone en riesgo.
“La vida es un 10% lo que haces y un 90% cómo te lo tomas”
Irving Berlin
Recuerda que un desconfinamiento sigue siendo una situación excepcional.
Cuida mucho tu diálogo interior, no cedas a tu crítico interno, no dramatices ni minimices tú
angustia. Vivir no es fácil por eso es importante cuidarse con cariño y desarrollar un cuidador interno a través de las experiencias que uno vive, o de un proceso terapéutico. Y acompañarse con cariño en este tránsito excepcional que estamos viviendo, el cual es un tránsito emocional.