El arte de «darse cuenta»
El arte de darse cuenta es una propuesta para entrenar tu conciencia en el «aquí y ahora«, y realizar acciones coherentes y ecológicas, que te permitan vivir de una forma más fluida y feliz. ¡Aprende a estar bien contigo mism@ y con los demás!
Facilitadores del «darse cuenta». Terapia Gestalt para la vida cotidiana
La única respuesta es una mayor conciencia.
Peter Brook
En Terapia Gestalt decimos que la conciencia de nuestra experiencia es el primer paso para realizar una acción coherente con nosotros mismos, de un modo que nos sea mínimamente ecológica nuestra relación con los otros y con el medio.
Somos experiencia. El reconocer mi vivencia me permite gestionar mis deseos y necesidades. Este trabajo de conciencia pide/exige un mínimo esfuerzo atencional. Aprendemos a vivir a base de poner atención.
¿Cómo puedes empezar a practicar este poner atención que propone la Gestalt?
Las seis actitudes atencionales:
A continuación comparto seis actitudes que puedes empezar a practicar ahora para desarrollar el arte del darse cuenta gestáltico, una mayor conciencia de tus vivencias/experiencias:
- Detenerse mínimamente para ver qué nos pasa, reconocer: Dónde estoy, de dónde vengo, adónde voy, qué me duele o me da placer… Un stop que me permite chequearme.
- La lentitud: Hacer lo que hacemos de una manera más lenta, nos permite darnos cuenta de qué nos va pasando y nos facilita ir ajustándonos desde nosotros. Enlentecerse facilita estar con uno/a mismo/a.
- Conectar con la propia respiración: Esto facilita contactar de un modo orgánico con uno/a mismo/a, como dice Cheriff Chalakani, nos posibilita entrar en el espacio de mayor intimidad posible, la respiración te permite contactar contigo, con tu experiencia y con el otro de una forma más vivida. Te conecta a tu existencia.
- Adoptar una cierta distancia con la propia experiencia para poder reconocerla: Si tengo una mano muy cerca de mis ojos casi no la veo. Esta distancia, que implica un cierto nivel de no-apego, me permite reconocer los matices de nuestra experiencia, sin perdernos en ella.
- El contacto con las manos: Esto permite tomar conciencia de mi cuerpo y emocionar, de mi erotismo, de mi ternura… A través de ellas me doy calor, cobijo, me despabilo…
- La docta ignorancia: Sócrates ya apuntaba que es necesario partir del no saber para conocerse. Si por ejemplo vas a tomar un café con alguien pensando que nada nuevo descubrirás, entonces nada aprenderás. Si uno piensa que ya sabe todo de sí, que ya sabe totalmente lo que siente… se pierde de la ignorancia sabia de “bueno, no lo sé, vamos a ver qué hay en la mesa”, la mesa como la propia experiencia nos permite aprender, descubrirnos y descubrir al otro.
¿Por qué sostengo que estas actitudes favorecen el bienestar?
Todas estas propuestas, actitudes, invitaciones, en el fondo lo que permiten es, como dice la Gestalt, afinar y mejorar nuestro ajuste organismo-ambiente, y alcanzar un autoconocimiento que aumente nuestro bienestar.
Lo que te definirá/representará en la vida será lo que hagas o dejes de hacer con aquello de lo que te das cuenta.