¿En ocasiones te sientes “pequeñx y sin fuerzas» al enfrentarte a los retos de la vida? Sentirse así, de vez en cuando es normal, si tenemos los recursos para volver a tomar las riendas. Esta vivencia es problemática cuando se cronifica y pasa a ser la manera habitual de afrontar nuestros problemas. En este caso, hablamos de una FALTA DE RESILIENCIA Y/O EMPODERAMIENTO. Si te sientes identificadx, sigue leyendo, y te contaremos más sobre cómo puedes conseguir coger las riendas de tu vida y empoderarte.
Empezaremos con la ANALOGÍA DEL CARRUAJE DE GURJIEFF;
En esta alegoría, tal como podemos observar en la fotografía, el carruaje es el cuerpo, el cochero es la mente, los caballos son las emociones y el pasajero es el Ser. Según Gurgieff, cuando el pasajero es siempre el mismo, es decir el propietario del carruaje, estaríamos hablando de una persona conectada a su yo consciente. Pero cuando el pasajero cambia a cada momento, como si de un taxi se tratara, la persona está desconectada de su yo esencial y no tiene las riendas de su vida. En este caso, a momentos las riendas las tomara el cochero (la mente), a momentos las emociones (los caballos), o el carruaje (el cuerpo), no hay un funcionamiento integrado.
La terapia Gestalt promueve la integración de las principales dimensiones del ser humano (corporal, emocional, intelectual), permitiendo una vivencia consciente y unificada de la persona. La conciencia nos permite sentarnos en el carruaje siendo propietarios de pleno derecho, dirigiendo las riendas de nuestra vida.
¿QUÉ SIGNIFICA LA FALTA DE EMPODERAMIENTO Y CUÁLES SON SUS CONSECUENCIAS EN NUESTRA SALUD?
No sentir nuestro propio poder pasa por sentir que no tenemos los recursos personales necesarios para hacer frente a nuestro día a día. Nos identificamos con «NO SER CAPACES DE…». Esta mirada hacia nosotros mismos es el origen y alimento de dinámicas evitativas que nos cuidan de mantenernos en nuestra zona de confort, donde nos sentimos seguros. Esta sensación de control o falsa seguridad es seductora y nos lleva a quedarnos atrapados en un mundo pequeño, poco interesante y aburrido, que nos insatisface y deprime. Es lo contrario de empoderamiento. Cuanto más tiempo mantenemos está actitud más pequeños e indefensos nos sentimos, el miedo a lo nuevo se hace más grande y la sensación de incapacidad se consolida. Creer que no tenemos el poder para cambiar y aprender a gestionarnos de una forma más sana nos aboca al bucle de la indefensión aprendida y nuestra salud psicológica y emocional va empeorando cada vez más y más.
Y ENTONCES, ¿QUÉ ES EL EMPODERAMIENTO PERSONAL?
Para poder entender el verdadero significado del empoderamiento primero hay que comprender que sentir el propio poder personal, no tiene nada que ver con dominar o tener poder sobre otra persona. El empoderamiento personal pasa por qué la persona sienta que tiene los recursos necesarios para afrontar las diferentes situaciones de la vida, de tomar las decisiones necesarias para gestionarlas. Sentirse empoderadx es sentirse capaz de enfrentar las diferentes situaciones o retos de la vida cotidiana, independientemente de que las circunstancias externas sean buenas, malas o muy malas. Me apoyo sobre mis propios recursos y soy resiliente a las vicisitudes de la vida.
¿QUÉ SON LOS RECURSOS PERSONALES?
Como venimos diciendo, sentir el empoderamiento personal depende de apoyarnos y confiar en nuestro recursos personales y nuestra capacidad para autorregularnos. Pero, ¿Qué son los recursos personales y cómo nos pueden ayudar a autorregularnos? ¿Cuáles son? ¿Cómo podemos desarrollarlos? Vamos a contestar una a una estas preguntas.
Una persona, tres niveles del organismo: el cuerpo, la emoción y la cognición.
La Gestalt se caracteriza por poner el foco en nuestra vivencia presente, mediante la atención a las sensaciones, emociones y pensamientos. El/la terapeuta Gestalt acompaña a la persona en su proceso de aprender a escuchar y dar espacio a estas tres instancias de nuestro organismo y a identificar y manejar la información que nos llega de estos niveles para ponerla al servicio de nuestra autorregulación. Cuando la persona ha desarrollado la capacidad de escucharse y de interpretar la información que le llega de cada uno de los niveles del organismo para ponerlo al servicio de gestionar lo que necesita en cada momento decimos que esa persona ha desarrollado la capacidad de ser consciente de sí misma y autorregularse. Es decir, está en contacto con sus recursos personales (corporales, emocionales y cognitivos) y se siente EMPODERADA.
Como consecuencia de atender a estos tres niveles de nuestra persona, nos vemos más como seres activos que «hacemos cosas», protagonistas y co-creadores de nuestra vida, en lugar de creer que somos sujetos pasivos a quienes «les suceden cosas».
Como venimos diciendo, estar empoderadx significa estar en contacto con nuestros propios recursos personales, los cuales tienen origen en estos tres niveles orgánicos de la persona: el cuerpo, la emoción y la cognición.
- RECURSOS CORPORALES: El cuerpo es nuestra principal fuente de información, nos informa de nuestras necesidades físicas, de cómo estamos a nivel emocional y de cómo nos afectan nuestros pensamientos. Nos permite localizar nuestras emociones y, desde esa conciencia, podemos gestionar lo que nos sucede.
- RECURSOS EMOCIONALES: Nuestras emociones son una fuente de información de cómo vivimos lo que nos pasa y de que necesitamos para gestionarlo. Por ejemplo, el miedo nos informa acerca de un peligro y nos permite ser prudentes a la hora de enfrentarlo, la tristeza es necesaria para elaborar las pérdidas, el enfado nos ayuda a poner límites a aquello que no nos va bien y la alegría nos conecta con los demás y las ganas de vivir. Toda emoción está formada de un conjunto de sensaciones corporales que nos indican que estamos sintiendo esa emoción y que nos guían en lo que necesitamos para gestionarla, necesitamos de la consciencia corporal para gestionar lo que nos pasa.
- RECURSOS COGNITIVOS: Nuestro discurso mental o pensamientos nos afecta a nivel de sensación y emoción. No es lo mismo pensar que «yo puedo hacerlo» que decirnos «no soy capaz». Según sea el mensaje que nos decimos, nuestro cuerpo se energizará o perderá energía. Nuestra vivencia emocional también cambiará en función de lo que nos contemos, si nos decimos «soy inútil» será más fácil que nos conectemos a la tristeza que a la alegría. El lenguaje describe el pensamiento, nos permite acceder a lo que pensamos. Nos pasamos el día hablando con nosotros, este diálogo o ruido forma parte de nuestro día a día, y en su mayor parte es automático e inconsciente. La cuestión es ser conscientes de él para poder manejar lo que nos decimos a nosotrxs mismxs.
Tener pleno acceso a nuestros recursos personales pasa por atender a estas tres realidades del organismo, y aprender a tomar conciencia y a elaborar nuestra experiencia presente desde la integración de los mismos.
LAS CREENCIAS Y EL AUTOCONCEPTO CLAVES PARA EL EMPODERAMIENTO PERSONAL.
El desarrollo de nuestros recursos personales, fomenta el propio auto-apoyo en base al desarrollo de una autovaloración. Aquellas creencias incapacitantes acerca de nosotrxs mismxs desaparecen y dan paso a una identificación con la fuerza y la autoconfianza. La persona adulta pasa a un primer plano, acogiendo a nuestra niñx heridx, dándole el lugar y cuidado adecuado. Cuando estamos en el/la adultx tenemos las riendas del carruaje (recordando la alegoría de Gurgieff). Cuando me voy al/la niñx estoy perdidx, soy dependiente de las demás personas. Esta metáfora es tal cual. En nuestra infancia fuimos seres dependientes de nuestrxs adultxs que, en el mejor de los casos, nos daban cuidados y seguridad.
En la etapa infantil, la calidad de los cuidados recibidos es vital para el buen desarrollo de la persona. Y esto afecta especialmente a la vivencia de sentir el propio poder personal. Cuando hemos tenido una infancia que ha promovido nuestra autonomía y hemos sido acompañadxs, durante este proceso, desde al amor y respeto, nos convertimos en adultxs de pleno derecho. Apoyadxs en nuestros recursos personales, nos sentimos autopapoyadxs y con las riendas de nuestra vida. Por el contrario, si en nuestra infancia hubo sobreprotección, abandono, violencia física o psicológica, no se dieron las circunstancias necesarias para el desarrollo de un adultx sanx, quedamos atrapadxs en actitudes infantiles de dependencia, debido a que no hemos desarrollado los recursos personales necesarios para nuestro apoyo y empoderamiento personal.
CÓMO LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN LA CRIANZA DETERMINA EL TIPO DE EMPODERAMIENTO DE TODAS LA PERSONAS.
Los estereotipos de género están presentes desde antes de nacer. Desde el momento en que sabemos el sexo de el/la bebé y debido a la educación sexista que hemos recibido en nuestra propia infancia, nos prepararemos para la llegada de nuestrx hijx condicionados por el sesgo del género a la hora de elegir la decoración de la habitación, el color de la ropa que compremos o los primeros juguetes, ect. Esta presión aumenta más y más conforme van creciendo, produciendo en nuestros hijos e hijas una sobreidentificación de roles marcados por el género. Por ejemplo las niñas se identifican con roles de cuidado y discreción, los niños con roles de lucha y competitividad, sintiéndose con más derecho e incluso con la obligación de ocupar más espacio, siendo esto como un privilegio y una condena al mismo tiempo.
¿Por qué empoderar a las niñas y los niños? Estos roles, herencia de una sociedad patriarcal, condicionan los recursos personales (aquellos que necesitamos para sentirnos empoderados y resilientes) que desarrollaremos y los que no, por el hecho de recibir una educación sexista y basada en los roles de género. Estas limitaciones afectarán, aunque de forma distinta, tanto a niñas como a niños. Por ejemplo, las niñas, desde edades muy temprano, suelen sentirse menos inteligentes que los niños. Y los niños aprenden que no pueden expresarse emocionalmente con libertad para poder mantenerse en su rol masculino. Podríamos hacer una lista interminable de ejemplos de cómo la educación basada en los roles de género coarta y rompe el ritmo sano del desarrollo de las potencialidades de las personas independientemente de su género. Hemos de tomar conciencia como sociedad, de cómo este tipo de educación está generando adultos que no se han desarrollado en todo su potencial por tener que llevar un traje pequeño y apretado que les condiciona y coarta en su libertad de ser y pleno desarrollo, independientemente del género (femenino, masculino, trans, queer..) y/o orientación sexual.
Esta mirada educativa sesgada, de la cual estamos recién despertando, genera un sistema de creencias que encarcela a cada persona en un rol, un rol que daña a todos y todas. ¿Qué es el empoderamiento igualitario? La capacidad de aprender a educar a nuestros hijos e hijas, desde edades muy tempranas, libres de los estereotipos de género, permitiéndoles desarrollarse con aquello que más les guste o se identifiquen, libres de etiquetas y condicionamientos, brindándoles así una educación para el empoderamiento
CÓMO DESARROLLAR EL EMPODERAMIENTO PERSONAL.
Sentir el propio poder personal, requiere de que la persona sienta que se puede apoyar en sus propias capacidades, es decir en sus recursos personales, que le ayudarán a gestionar y afrontar los retos de la vida. Sentir este auto-apoyo nos da confianza y tranquilidad, nuestro sistema nervioso está en calma, ya que no hay alertas que atender continuamente. También nos da autoestima y autovaloración personal. Cuanto más auto-apoyo y confianza sentimos en nosotrxs mismxs a mayores retos nos enfrentamos, aprendiendo de esas experiencias y creciendo como personas. Nuestra autoestima se ve nutrida de todos esos aprendizajes en forma de autovaloración y confianza. Todo esto refuerza nuestra vivencia de empoderamiento personal
Todo este proceso no es posible sin nuestros recursos personales (corporales, emocionales y cognitivos) funcionando de una forma consciente e integrada. Hay prácticas como la meditación, el yoga, tai chi, movimiento consciente, etc, que nos ayudan a despertar y desarrollar nuestra conciencia corporal, la cual nos va a permitir acceder a los recursos tanto corporales como emocionales, sacándonos del hábito generalizado de sobre-apoyarnos en nuestros recursos cognitivos, alineando al mismo tiempo, lo mental, lo emocional y lo corporal para que funcionen de forma integrada aportando así equilibrio y armonía a nuestro sistema.
Este camino de reconectarnos con nuestros recursos personales no es fácil, tenemos que estar dispuestxs a enfrentarnos a las heridas de nuestras vidas, sobre todo de nuestra infancia. Si seguimos evitando lo doloroso seguiremos desconectados de nosotrxs mismxs y de nuestros recursos personales. ¿Cuál es el objetivo del empoderamiento? Este proceso pasa por reconectarnos con nuestro cuerpo. Como comentaba más arriba la conciencia corporal es básica para acceder a los recursos personales que permitirán nuestra autorregulación. Esto significa volver a conectar con nosotrxs mismxs y nuestra historia, tomar conciencia de cual es nuestra manera particular aprendida de evitarnos o desconectarnos de norotrxs mismxs.
Como conclusión, resumimos lo dicho con dos fórmulas orientativas que podemos seguir para desarrollar nuestro auto-apoyo y empoderamiento personal:
EMPODERAMIENTO PERSONAL= estar en contacto con nuestros recursos personales que nos dan confianza y auto-apoyo.
DESARROLLAR RECURSOS PERSONALES = identificar nuestro patrón de desconexión automatizado + aprender maneras nuevas de conectar y alinear nuestra conciencia corporal, emocional y cognitiva.
Este proceso puede realizarse de muchas maneras, a momentos es un camino en solitario y en otros necesito la orientación de otras personas. Hay muchas actividades que podemos realizar con este objetivo. Solo necesitamos nuestra voluntad de cambio y la disponibilidad para esforzarnos a realizar este camino maravilloso de auto-sanación.