El maltrato psicológico en la pareja (Parte 2): Las sutiles motivaciones que lo mantienen
¿Te sientes querido/a, cuidado/a y respetado/a por tu pareja? No te auto-engañes, el camino de la verdad es más sano que el de la resignación. En este post compartimos 12 sutiles motivaciones para tolerar el maltrato psicológico en la pareja, en las que nadie debería caer.
¿Toleras el maltrato en la pareja? Aprende a superarlo
Como ya vimos en un post anterior acerca del maltrato psicológico en la pareja, vivir en pareja implica una cierta dosis de maltrato mutuo, pero éste no debe ser excesivo. Y versionando a Winnicott cuando nos habla de la madre suficientemente buena, podemos hablar de una pareja suficientemente buena.
Como es importante no dar las cosas por supuesto, podemos preguntarnos: .
- ¿Me siento querido/a?
- ¿Me siento cuidado/a?
- ¿Me siento respetado/a?
Una pregunta honesta merece una respuesta honesta. No te auto-engañes, la verdad sana, y es más sano el camino de la verdad que el de la resignación. A partir de allí puedes empezar un trabajo para superar el maltrato psicológico de tu pareja y de reparación, o quizás de separación, mediante un espacio terapéutico o entrando en diálogo.
Las sutiles motivaciones para tolerar el maltrato: ¡No te engañes!
Lo importante es indagar en ti mismo y escucharte, estando atentos a nuestra interioridad, y no cayendo en estas sutiles motivaciones para dejarnos maltratar en la pareja:
- Falta de autoestima: El no quererse facilita al dejarse maltratar.
- El conformismo o la resignación: ¿Eres de los que piensan que “más vale malo conocido que bueno por conocer”?. Aquí se oculta el no-merecimiento de algo mejor.
- La minimización del propio valor o de las propias necesidades: “tampoco hay para tanto”, “se puede vivir sin sentirse deseado”, “vamos tirando como todo el mundo…” ¿Realmente crees esto?
- Fanatismo en la pareja como institución: Vivir en pareja es la verdad absoluta del vivir, estar solo es ser un desahuciado de la vida, un jardín sin flores. Ser esclavo del “American way of life”.
- Pensar que el otro cambiará lo que vivo como insoportable o molesto. La pareja puede aprender a gestionar lo que es, y puede flexibilizarse, pero sin duda algunas cosas prevalecerán en mayor o menor medida. Mejor cambia tú, la espera desespera.
- El pánico al cambio: Separarse es morirse, aunque quizás pueda ser un renacimiento personal.
- La sensación interna de que uno solo no puede: No confiar en la propia autonomía y capacidades propias.
- Priorizar tener pareja a ser feliz. Existen muchos caminos de felicidad y no todos pasan por tener pareja.
- Evitar el sufrimiento y la angustia que produce una separación emocional.
- Pánico excesivo al monstruo de la soledad. Los monstruos quieren que nos hagamos más fuertes y conscientes, no destruir nuestra psique.
- Pensamiento catastrófico: Considerar que no encontraremos nada mejor en el mercado de hombres y mujeres.
- Los hijos. Este es un tema delicado, es interesante cuestionar ciertos apriorismos. Bert Hellinger afirmaba que el mejor obsequio para un hijo es una pareja feliz, respetando todos los posicionamientos. Lo natural es que los hijos quieren ser felices y para ello también necesitan que sus padres busquen ser felices y coherentes con sus necesidades vitales manteniendo y conservando el amor original madre-padre-hijo.
Sea como sea, conecta contigo mismo y no vivas en el club de las “personas que se merecen algo más”, revitaliza tu pareja o sal de ella. No te despistes.
“Ponle fin para tener un principio”
Anónimo.