Polaridades en Terapia Gestalt

El enfoque de la Gestalt acerca de las polaridades nos enseña a no caer en los extremos de nuestras emociones, sensaciones o necesidades. Una de las tantas polaridades que podemos experimentar, que a menudo es motivo de consulta de terapia, es la de haberse sentido demasiado permisivo o demasiado severo. ¿Te ha pasado? En este post, escrito por Jordi Gil, compartimos un ejercicio para trabajar esta polaridad desde la terapia Gestalt. 

Trabajando la polaridad dureza – blandura

A menudo en las sesiones de Terapia las personas se critican de ser demasiado blandas o de ser demasiado duras, sea consigo mismas o con el otro.

Naturalmente en la vida aprendemos a gestionar estas dos polaridades, y a no caer en la rudeza o en un exceso de permisividad. Ni demasiado contundentes ni dejar que nos tomen el pelo.

Ir por la vida como un tanque pervierte el goce de existir, igual que ir sin ningún tipo de protección es una buena manera de frustrarse de continuo.

Las relaciones humanas son complejas, de repente te encuentras a un camarero borde o una mujer mayor te cuenta cómo educar a tu hijo. Desengañémonos: Ir de blandos no es una buena estrategia, igual que caminar por la vida con los misiles preparados implica una tensión excesiva, y dejar de nutrirnos de las relaciones humanas.

Polaridades Gestalt: Ejercicio

En la vida nos alimentamos mayormente de afecto. Ante esta bifurcación la Gestalt nos propone trabajar una actitud flexible, una posición intermedia, que se endurece cuando es necesario y que da espacio a lo tierno cuando es posible. Se asemeja a desarrollar un músculo con suficiente tono para responder si es necesario. Y así poder estar preparados para lo fácil y lo difícil mientras disfrutamos de la vida.

El primer paso de este ejercicio sobre las polaridades en la Gestalt, es detectar cuándo sucede lo uno o lo otro:

  • Escribe dos momentos en que te hayas mostrado duro ante alguien
  • Escribe dos momentos en que te hayas mostrado blando ante alguien

Ahora indaguemos en una posición intermedia ante estas dos polaridades.

  • Escribe un momento de auto-afirmación en el que no te mostrases ni blando ni duro.
  • Cierra los ojos y evoca esa situación.
  • ¿Qué recurso personal te ayudó?

¿Para qué sirve hacer este ejercicio sobre la polaridad dureza-blandura?

Este ejercicio para trabajar las polaridades en terapia Gestalt, busca un tono vital que te permita disfrutar de la vida y defenderte cuando sea necesario.

Estate atento a tu respirar y a tu nivel de tensión, para aprender a modular tus emociones, sensaciones y necesidades. No caigas en estática, lo estático nos atrofia.


Parafraseando un proverbio zen que decía:

“Si estas quieto corre,

Y si estas corriendo párate”

La versión de esta polaridad de la Gestalt dureza-blandura sería:

“Si estás duro ablándate un poco,

y si estás blando endurécete un poco”


 

Estate atento a esta polaridad vital, busca un tono medio y usa la respiración para moverte en ella.

 

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