El sentido del sufrimiento: Claves para comprenderlo y gestionarlo
En estos tiempos en los que parece que nadie quiere sufrir, perdemos el aporte espiritual o humano del dolor. Sin embargo la vida incluye dolor, inevitablemente nos visitará. ¿Cuál es su sentido y de qué forma podemos aprender a gestionarlo?
Abrirse al dolor y cómo gestionarlo
La vida incluye sufrimiento y dolor, y cada uno de nosotros tiene formas habituales de reaccionar a lo doloroso: postergamos, nos adaptamos, nos anestesiamos, nos quejamos, nos autoexigimos, nos aislamos, nos enfadamos…
Una respuesta habitual es que nos cerremos ante lo estresante o doloroso.
Cerramos nuestro corazón, nuestra mente y nuestro cuerpo.
La terapia Gestalt ayuda a dar espacio a lo que es, sea doloroso o placentero,
para poder transitarlo y soltarlo, sin encogernos o encerrarnos.
Dar espacio a la experiencia nos permite vivenciarla sin hacernos daño. Cerrarse al dolor o al sufrimiento no lo disuelve, lo mantiene camuflado y lo hace perdurar.
La solución no es cerrar nuestros corazones, callar nuestra verdad o desconectarnos de nuestro cuerpo o alejarnos de los demás. El coste es cerrar nuestro sentir e insensibilizarnos a lo agradable y a lo desagradable de la vida.
Nuestra experiencia existe, la cuestión es no hacer que no exista acorazándonos, si no aprender a darle un cauce ecológico, y transformarla en algo nutricio.
Comprender el sentido del sufrimiento
En estos tiempos, nadie quiere sufrir, se ha entronizado lo rápido y fácil, validamos ser fóbicos al sufrimiento o al dolor, y así perdemos su aporte espiritual o humano.
- Da espacio a tu corazón para que sangren tus heridas y tu amor florezca.
- Da espacio a tu cuerpo para conectar con lo que te pesa y con lo que te libera.
- Da espacio a tu pensamiento para reconocer tu ignorancia y tu sabiduría.
Como decía Claudio Naranjo; «Entrégate al desagrado y al dolor tal como al placer; no restrinjas tu percatarte».
Tu dolor también es sagrado y sanador.
A continuación comparto 5 claves para gestionar el dolor y comprender el sentido del sufrimiento:
- Pon conciencia de si estás sintiendo algún tipo de sufrimiento o dolor: ansiedad, lucha, frustración, agobio, tensión, sentirte excluido, sufrimiento emocional…
- Observa tu respuesta automática a este dolor: postergar una charla, encapsularlo, quejarte, distraerte, justificar al otro, medicarte, quejarte, criticar.
- Conténte, no te dejes llevar por tu automático. No te dejes llevar por las sirenas. En su lugar, permanece quieto, no hagas nada. Contempla tu dolor y tu automático. Abre un espacio en blanco. Observa la película que te cuentas.
- Respira tu dolor, lleva oxígeno a lo que te duele. Dale compasión a tu dolor con tu respiración, como si lo masajeases.
- Escúchate y espera hasta que te llegue una acción esencial, una acción clara, coherente y con peso. ¿Qué acción necesitas tomar?. No respondas desde el lugar de reacción habitual. P.e: hablar con alguien, ir a terapia, liberarte de una amistad, planificar un cambio de trabajo, decir que no,…
En la vida, la cuestión es amistarse con lo que nos cuesta, nos disgusta, o nos es difícil, y también amistarse con el dolor, escucharlo y atenderlo para llevarlo a una acción que nos nutra y le dé sentido.
El dolor inútil es aquel con es el que no se trabaja.