La vida en pareja es un arte que requiere una atención. Construir un vínculo saludable con el otro, para que una pareja funcione, es sencillo y complejo a la vez. ¿De qué depende alcanzar el tan ansiado bienestar en pareja?
En nuestra consulta de terapia de pareja en Barcelona he llegado a una conclusión simple: Lo que hace que una pareja funcione es sencillo y complejo a la vez. Una pareja sana se basa en una dinámica relacional que impide que los contenidos negativos, es decir pensamientos, sentimientos y sensaciones negativas sobre el otro (cosa que existe en todas las parejas), no ahoguen o menoscaben los positivos. Es decir, una dinámica vital que da menos peso a lo negativo/difícil, y más a lo positivo/fácil.
¿Cómo alcanzar esta dinámica nutricia? En este post te explico por qué sostengo que una base de amistad, junto a otros pilares, es vital para una relación de pareja sana.
Terapia de pareja: Bases para una pareja saludable
Una de las características comunes de las parejas felices es que se apoyan en la amistad, y ésta se puede ver/palpar/percibir en los momentos claves, tales como crisis de pareja, duelos, enfermedades, crianzas…, y amortigua el difícil convivir del día a día. En este sentido, poseer un vínculo amistoso es el mejor antídoto ante los inevitables sentimientos negativos hacia el otro, que van surgiendo ante la dureza del vivir individual y común.
La conciencia de amistad facilita una atribución de significado más ligera, más flexible, menos dura. Si mi pareja me habla mal al llegar a casa lo atribuiré antes a que tiene un mal día o algo le ha pasado en el trabajo, que no directamente a que es un estúpido consumado. Lo amistoso positiviza lo interpretativo.
El valor de la amistad en la terapia de pareja
En nuestra página web explicamos para qué sirve hacer terapia de pareja. Aquí me gustaría añadir algo más…
En terapia de pareja es frecuente escuchar frases como «Mi novio me hace sentir mal», o culpable, o «me siento anulada por mi pareja», o «mi pareja me echa la culpa de todo», «o sospecho que mi pareja me es infiel», o «mi pareja me ha decepcionado», etc.
Tendemos a atribuir la conducta de los demás a una causa interna (rasgos de personalidad, inteligencia, motivación, capacidades, carencias, etc…) o a una causa externa (suerte, situaciones, acciones de terceras personas, accidentes…). Para evitar ciertos problemas de pareja, es importante no abusar de ninguna de estas atribuciones y entrenarnos en adoptar una percepción amable de lo que nos sucede y de una mirada no juiciosa ante un otro que hace lo que puede, con sus facilidades y dificultades.
El cómo percibo la conducta del otro nos conecta a una posición más amistosa o beligerante en la vida de pareja, que transita inevitablemente por lo fácil y lo difícil. Al fin y al cabo en una relación de pareja se mezclan facilidades y dificultades de ambos participantes. De allí la importancia de la toma de conciencia de cada uno de los miembros de una pareja, es para que esto que sirve la terapia de pareja.
Al fin y al cabo es habitualmente la pérdida de amistad lo que en sí lleva las parejas a terapia, cuando la amistad ya no es capaz de poner límites al daño mutuo o ya no somos capaces de percibir de una forma mínimamente amorosa a un otro imperfecto.
La amistad facilita el cariño, el respeto y la admiración como base amorosa.
Terapia de pareja: Ejercicio
La conexión a la amistad y una atribución de significado flexible facilita la creación de una base de positividad, que amortigua y gestiona con proactividad las inevitables dificultades de la vida en común. Por eso, un ejercicio que te propongo es compartir con tu pareja una vez por semana, 3 momentos en las que la sentiste amigo/a.
«Si añades un poco a lo poco, y lo haces con frecuencia, pronto poco llegará a ser mucho»
Buda
Por Jordi Gil Martin – Co-Director Gestalt Salut Psicoterapia