“Nuestras elecciones dan forma a nuestras vidas. Primero tomamos elecciones. Luego nuestras elecciones nos dan forma” – Anna Frank

El sacerdote y escritor Pablo d´Ors manifestaba en una de sus frases que la diferencia entre un peregrino y un vagabundo es que el primero tiene una dirección, un objetivo, una Meca o lugar a donde ir, y en cambio el segundo vaga sin rumbo claro. Análogamente, nuestra mente puede divagar si no le ofrecemos una dirección, una luz o faro hacia dónde dirigirse. Esto me hizo recordar al trabajo de Joe Dispenza cuando elaboraba ejercicios para desprenderse del viejo yo y programar un nuevo yo.

En el ámbito de la autoestima, es posible diseñar un yo para orientar nuestra mente y poder enfocarla hacia mejorar la autoestima, con nuevas formas de ser, estar y hacer. Así evitamos que nuestra mente divague, o vague con el único objetivo de sobrevivir y perpetuarse con nuestro actual nivel de autoestima, y así poder subirla. Si lo deseas también puedes leer nuestro post sobre qué es la autoestima.

Para tener una mejor autoestima o recuperar la autoestima, es importante configurarnos desde nuestras herramientas esenciales, usar la gratitud, la concentración, la repetición de frases de autoestima y la compasión para crear un nuevo yo con más autoestima, configurando un mejor autoconcepto y autovaloración que nos lleve a un nuevo destino. 

Es importante responsabilizarnos de nuestra configuración actual de autoestima para dejar de ser los mismos de siempre, y reinventarnos. 

¿Cómo mejorar la autoestima y desarrollar el amor propio?

Tus esfuerzos anteriores te ayudaron a configurar tu actual yo. El primer paso de la transformación para mejorar la estima es dar gracias al actual yo por traerte hasta este presente. 

Escribe una carta con frases positivas sobre la autoestima y de gratitud dirigidas a tu actual yo por llevarte hasta el nivel de autoestima actual.

Seguidamente, es necesario «sembrar» este nuevo yo para recoger sus frutos. Y no olvides que para ello es necesario ir cada día al campo.

Aumentando la autoestima mediante preguntas motivadoras: ¿Qué tal si creas tu propio proyecto de autoestima?

Para aumentar la autoestima dedica unos momentos de tu día a escribir respuestas a las siguientes preguntas, como si fuera tu propio diseño de autoestima. Después repásalas, reflexiona sobre ellas, analízalas y piensa en las posibilidades que te plantean. 

Preguntas motivadoras para activar un yo autoestima más fuerte, mejorar tu autoconcepto y desarrollar el amor propio:

¿Cómo deseo que sea este nuevo yo?

¿Qué 3 valores definen a tu nuevo yo? 

¿Cómo te hablas a ti mismo? 

¿Cómo te gustaría que hablase tu nuevo yo? 

¿Cómo te gustaría que escuchase?

¿Cómo piensa?

¿Cómo gestiona lo desagradable de la vida?

¿Cómo gestiona lo agradable de la vida?

¿Se parece a alguien que hayas conocido en tu vida?

Este nuevo yo, ¿Cuánto tiempo se da a sí mismo cada día? ¿Cuánto tiempo medita diariamente?

¿Cómo es la confianza de este nuevo yo? 

¿En qué emplea su tiempo? 

¿Cómo le afectan las acciones y las palabras de los demás? 

Dibuja, usando sólo colores, cómo es tu energía siendo este nuevo yo autoestima. Y pon esta imagen en un lugar de tu casa donde la veas. 

Además, para mejorar la autoestima y desarrollar el amor propio, debes permitir que el cuerpo sienta la autoestima, necesitas materializar/darle cuerpo a esta forma del yo. Camina, muévete y baila desde este nuevo yo. Tanto en el plano del pensamiento y del espíritu como en el plano físico es importante hacernos presentes para subir nuestra autoestima.

Recuerda estas respuestas, y no olvides que se reza cada día. Es necesario que el recordatorio de tu dirección sea diario.

Aumentando la autoestima baja: Un nuevo “yo autoestima”

Una última pregunta clave, enfocada hacia la autocompasión:

¿Cómo te tratarás a ti mismo cuando no cumplas con los criterios de este nuevo yo?

P.e; con cariño, me pararé, caminaré un poco,… 

Para aumentar la autoestima baja necesitas recordarte este nuevo yo cada día. Necesitas recordarte que te aceptas y te quieres.

Necesitas ir al templo diariamente. Tú eres tu templo.

Vendrán los demonios a acecharte en tu misión de construcción de un nuevo yo para recordar tu viejo autoconcepto. Escucharas vocecitas que te dirán: “Hoy no es el día, estoy cansado”, “no es posible eliminar el miedo”, “me duele la cabeza”, “ya leeré mañana”, “ya meditare esta tarde”, “esta tendencia mía es innata e irremediable”, “soy un 3 del eneagrama no hay nada más que hacer”, “me parezco a mi padre, es lo que hay”, “sin pareja no es posible la plenitud”, … estas vocecitas vendrán a desanimarte, vendrán a minar tu autoestima y autoconcepto, vendrán a testear tu voluntad y vendrán a hacerte más fuerte si te levantas por encima de ellas.

Supera estas voces interiores con tu fuerza de voluntad, determinación y sinceridad. Y, conectando con el momento presente, relájalas, no les hagas caso, son voces antiguas, de tu antiguo yo, que se resisten a una nueva y mejor autoestima. Con el tiempo se rendirán y las gestionarás con amor y firmeza.

Tus repeticiones diarias cambiarán tus dinámicas mentales y tu cuerpo: el hábito hace al monje. Por eso es tan importante el prefijo “Re”. Repetir y recordar, para reaprender a ser tu nuevo yo. 

Aprender algo es configurar conexiones nuevas, necesitas darte amor y re-educarte a ti mismo desde el amor hacia ti, desde imágenes positivas y motivadoras de ti mismo.

Haz tu parte, tu mente sana hará la otra, no escuches a tu mente tóxica.

Si deseas profundizar en qué es la autoestima y cómo mejorarla, te recomendamos los libros sobre la autoestima de Jordi Gil: “Conquista tu autoestima”,   y Quiérete más, quiérete mejor