Libérate del enfado. Aprende a gestionar tus emociones

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3 sugerencias para gestionar el enfado: ¡Si estás enfadado, lo estás!

 

Infografía terapia gestalt para la gestión del enfado
Gestionar el enfado en terapia: Abrazar lo que vives VS Pelearte con lo que vives

 

En terapia Gestalt siempre decimos: ¡No te culpes por lo que sientes, o por tus emociones, aprende a gestionarlas! En este post hablamos sobre el enfado. ¿Cómo podemos gestionarlo y liberarnos de él?  


Las dos actitudes básicas hacia el enfado y la experiencia

Vivimos lo que vivimos. Ante esta realidad sólo existen dos actitudes hacia nuestra experiencia: estar con o estar contra.

La terapia Gestalt nace con la intención de estar con lo que nos pasa, sea lo que sea. Es simple: si estas enfadado, lo estás. A partir de aquí, y sólo a partir de aquí, podemos buscar una gestión ecológica de lo que nos pasa, afín a nuestras necesidades y anhelos.

No te culpes por lo que vives o sientes, aprende a gestionarlo. Partamos de nuestra experiencia, de lo que sí experimentamos, no de lo que deberíamos sentir.

En el lado opuesto estar contra lo que vivimos, por ejemplo, cuando estamos enfadados (o también puede aplicarse a otras emociones, estados de ánimo, sensaciones o impulsos) puede desgastarnos. Es una ofensa hacia nosotros mismos, al no sentir como digno o legitimo lo que vivenciamos. En esta lucha contra lo que vivenciamos, no podemos ganar, solo hay perdedores. No se trata de permitirte el enfado o la ira sin más, se trata de saber usarlo a tu favor.

¿Qué nos puede enseñar la Terapia Gestalt?

La terapia Gestalt permite entrar en una relación nutricia y ecológica con nosotros mismos para aprender a validar y a gestionar lo que nos sucede. Validando nuestra experiencia, podremos gestionarla (sea ésta agradable, neutra o desagradable), en busca de un mayor bienestar con nuestro entorno y con nosotros mismos.

En este punto es importante señalar que no decidimos muchas cosas que sentimos: No decido que mi vecina me despierte erotismo o que me enfade con alguien en la calle que trata con desprecio a un camarero, como tampoco decido dejar de estar triste.

Lo que sí puedo decidir es contener un insulto o distraerme para evitar caer en una tristeza.

El estar con lo que nos pasa nos facilita la gestión de nuestra experiencia:  No puedo decidir lo que me pasa, pero puedo aprender a reconocerlo, sostenerlo y gestionarlo. Te invitamos a aprender más sobre la gestión emocional leyendo los artículos La gestión emocional desde la Terapia Gestalt, y Sobre la gestión emocional

Tres sugerencias fundamentales de Terapia Gestalt sobre el enfado y otras emociones

Ayuda el tener una estructura de pasos de cómo es posible gestionar una experiencia de intensidad leve-media.

Las 3 sugerencias que podemos darte desde la terapia Gestalt para la gestión del enfado y otras emociones, son:

  • Dar espacio en lo posible a lo que sentimos. Esto quiere decir, no pasar de página o negar nuestra vivencia, no ir en contra de. Sentir cómo se traduce lo que vivimos en el cuerpo, que es el recipiente de la experiencia, dónde vivimos lo que nos pasa. Darle un continente corpóreo. Esta conciencia corporal nos permite anclar nuestro sentir y reconocer desde allí qué sensación, emoción o pensamiento nos moviliza. Un vaso nos permite reconocer y tomar el agua. 

Observar la respuesta interna del organismo, nos ubica en nuestra experiencia y la define mínimamente: «me siento congelado», o «siento mucha tristeza», «estoy flojo», «mi impulso es irme de casa…»

  • El sostener lo que nos pasa nos permite percibir el estímulo que detona nuestro sentir. Qué de lo que sucede, o deja de suceder, nos conmueve. Por ejemplo: “que no me salude me crispa”, “pensar en la vejez me entristece”, “creo que mi vida es rutinaria”… Sostener me permite relacionarme con mi experiencia, familiarizarme con ella, no ser arrastrado por mis vivencias, poder tocar el agua.
  • Decidir o responder. La Gestalt nos enseña a dar espacio, sin exagerar ni minimizar, junto a reconocer lo que me mueve y conmueve. Todo ello nos aporta un estar y una información desde la cual es más fácil responder con una/s acción/es que siento que me puede hacer bien. ¿Qué hago con el agua? Por ejemplo: “necesito descansar más y apagar el móvil dos horas cada día”, “conectarme a la tristeza escuchando música me aligera”, “darme un espacio diario de media hora para estar conmigo mismo me centra”, “me marcho a casa”…

¿Para qué pueden ayudarme estas sugerencias para gestionar mi enfado?

Estas acciones me reequilibran.

Este es un proceso de tiempo variable; segundos, horas o días según el estímulo, la temática sentida o la situación, no es lo mismo gestionar mi miedo en mitad de un dialogo con mi jefe, que mi miedo a no ser un buen padre.

Estar con nuestras vivencias es tomar un papel activo en lo que nos va pasando en el devenir del vivir e iniciar una relación amistosa con uno mismo/a.

«Sentir no es un proceso pasivo». Antonio Damasio

Por Jordi Gil Martin – Co-Director Gestalt Salut Psicoterapia

Puedes contactar al autor a través del formulario al final de la publicación.

 

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