Las metáforas son una herramienta muy importante en cualquier proceso de sanación terapéutica, desde siempre fueron usadas por las tradiciones espirituales, y también se usan desde la psicoterapia para comprender qué nos sucede, ubicar nuestra experiencia y también referenciarla en la experiencia humana universal y ofrecer una enseñanza o un camino de solución.
En este post el psicólogo de Barcelona Jordi Gil Martín nos habla de los requisitos que deben cumplir las metáforas para que sean terapéuticas y, además, nos proporciona algunos ejemplos de metáforas basadas en la Terapia de Aceptación y Compromiso que pueden ser de utilidad para nuestro crecimiento personal.
¿Cómo trabajo las metáforas en nuestras sesiones de psicología?
En primer lugar, me gustaría contarte cómo trabajo las metáforas en mi consulta de psicología y los requisitos que considero indispensables para que una metáfora sea terapéuticamente útil, éstos serian algunos indicadores básicos:
- Ayuda a la compresión del paciente de terapia de su propia experiencia, el cliente comprende más lo que le sucede y se siente identificado con la metáfora.
- El paciente puede observar su sufrimiento desde una nueva perspectiva, más sencilla, más clara y que facilita aceptar lo humano.
- Facilita el cambio terapéutico al transmitir una nueva manera de afrontar lo problemático, la metáfora ofrece una enseñanza a aprender y un camino de solución.
- Fomenta la flexibilidad psicológica. Se trata de tomar perspectiva, lo simbólico nos ayuda a tomar distancia emocional y entrar en otro marco mental.
- Cambia la dimensión del problema-solución, la metáfora pertenece a un nivel mental-creativo que posibilita crear otras maneras de ser, estar y percibir, desde esta nueva pantalla se pueden articular otras opciones.
- Encaja con la experiencia del paciente y es fácil de entender, es necesariamente sencilla y sintética, ya que permite salir de algún laberinto mental, la salida debe ser clara.
- Concreta, se ajusta al problema específico que se está abordando y ofrece un camino de solución. No nos salva de todo, pero sí ofrece una salida de alguna autopista neuronal infernal.
- Usarse de forma oportuna en un momento en el que se percibe que puede ayudar a la persona. No sirve en toda situación, solo en un momento de necesidad o estancamiento.
- Actúa como un «espejo» para que el paciente se vea reflejado y pueda verse sin asustarse. El miedo no nos deja ver salidas.
- Es una metáfora viva que ofrece una continuidad. Y se da en un vínculo, terapeuta-cliente, maestro-alumno, consejero-rey, hermano-hermana y en una épica, el cliente es un héroe.
Cuatro ejemplos de metáforas en psicología, según la terapia de aceptación y compromiso
Hoy exploraremos algunas metáforas terapéuticas que nos ofrece la terapia de aceptación y compromiso (ACT), la cual es una línea terapéutica que destaca por su utilidad y por ser muy directa, entre otras virtudes.
Algunas metáforas frecuentemente utilizadas en ACT incluyen:
Los dos escaladores
Se usa para establecer el contexto terapéutico y facilitar la cooperación terapeuta-cliente.
El psicólogo o terapeuta y el paciente se representan como escaladores, cada uno en su montaña, separadas por un valle. El terapeuta, desde su posición, puede ver posibles vías en la montaña del paciente que este no puede ver por sí mismo al estar demasiado cerca de las rocas.
El terapeuta no puede escalar la montaña por el paciente, cada uno tiene su destino, ni conoce todos los detalles del camino, sin embargo, desde su visión más panorámica y desde su conocimiento en alpinismo terapéutico, conoce las montañas del vivir.
La Tortuga
La tortuga avanza hacia el norte, su dirección de vida, pero se enfrenta a obstáculos, sean otros animales, pendientes, piedras, lluvias, …Se refugia en su caparazón el cual le da seguridad, pero le impide avanzar. Esta metáfora es útil para personas con ansiedad y agorafobia de gravedad baja-media, ilustra fácilmente cómo los intentos de control, la evitación experiencial puede reducir la ansiedad a corto plazo, y a la vez puede ser contraproducente a medio y largo plazo.
El Barco y el Mar de Emociones
En esta metáfora la mente es un barco navegando en un mar de emociones. Se alienta a aceptar las olas emocionales en lugar de luchar contra ellas, no elegimos el estado del mar.
Ilustra de modo sencillo cómo la aceptación es una mejor estrategia para navegar incluso en aguas turbulentas y que a veces solo queda confiar en el rey Neptuno.
Ayuda a los pacientes a dejar de luchar con lo que no controlamos. Aceptación vs Control.
El Viaje del Autobús de la Vida
La mente es un autobús, en él suben pasajeros, sean pensamientos, deseos, expectativas y sensaciones de todo tipo. El cliente debe ser el conductor del vehículo, no puede conducirlo ningún pasajero, por más grande o importante que sea.
Esta metáfora facilita defusionarse de sensaciones, pensamientos o emociones, además facilita el autoliderazgo y el “yo puedo conducir mi vehículo mental”.
Creación de metáforas en las sesiones de terapia y psicología
En las sesiones de terapia y psicología se pueden utilizar metáforas conocidas, como las anteriores, o crearlas en el momento, adaptándolas a la situación específica del paciente según los elementos que la persona traiga.
Cada metáfora terapéutica debe ser seleccionada cuidadosamente para resonar con la experiencia del paciente y facilitar el camino terapéutico deseado. Es importante chequear si se ha dado esta resonancia, si la metáfora ha “tocado” a la persona, y en caso negativo también dar por válido que la metáfora no llegó a su meta.
Como decía Jung “El zapato que le ajusta a un hombre le aprieta a otro; no hay receta para la vida que funcione en todos los casos”, lo mismo para las metáforas terapéuticas, se adaptan a las personas, no estas a ellas.
Las metáforas son y siempre serán una herramienta poderosa a tener en cuenta para ayudar a los pacientes a ver sus problemas desde nuevas perspectivas y fomentar que es posible otro escenario vital.