La Silla Vacía de la Terapia Gestalt
¿Qué es el ejercicio de la Gestalt llamado «la silla vacía«? ¿para qué sirve hacerlo? En este artículo e infografía compartimos un ejemplo de esta técnica de terapia Gestalt.
El ejemplo de la imagen ilustra una de las formas que existen para aplicar la técnica de terapia Gestalt llamada «la silla vacía», que refiere al diálogo terapéutico que puedo establecer entre dos partes de mi mism@: A través del contacto con mi parte cansada, puedo aceptarla y darme cuenta de lo que necesito.
La «silla vacía» de la Gestalt
Diálogo con mi parte cansada
Aplicando la silla vacía ocupamos los dos lugares que dialogan entre sí, es decir, nos colocamos en ambos roles, para ver cómo nos sentimos y qué nos surge desde cada posición. Es importante permitirnos sentir cómo es ser alguien o algo que no somos (nuestra madre, o nuestra parte cansada por ejemplo), distinto a lo habitual, e identificarnos con una energía interna, con un personaje interno. En esta modalidad no es recomendable hacer muchos cambios de rol, ya que al final el diálogo se puede convertir en un ping-pong mental.
7 beneficios de la técnica de la silla vacía de la Gestalt
En terapia Gestalt decimos que un diálogo con nuestras distintas partes (la silla vacía) puede ser de gran utilidad para:
- Expresarnos y beneficiarnos de un cambio nutricio
- Distanciarnos un poco de lo que nos duele o nos dificulta y relacionarnos de otra manera con lo difícil
- Buscar recursos internos e ir a por posibles vías de solución
- Descubrir nuestra capacidad de análisis y de autosanación
- Descubrir la potencia del diálogo por encima del enfrentamiento, del conflicto o la negación
- Reconocer lo dañino (presunto enemigo) y ver cómo se transforma en algo nutricio, un aliado
- Darnos cuenta de que lo que nos sucede, por terrible que nos parezca, puede tener su parte positiva y resultarnos útil.
¿Cuál es el objetivo de la silla vacía de terapia Gestalt?
Esta es una de las técnicas más representativas de la terapia Gestalt. Consiste en establecer un diálogo con el estímulo que nos produce malestar que no sabemos digerir o que nos cuesta, que nos mueve o nos conmueve…
El objetivo de la silla vacía es ofrecer la posibilidad de dialogar con lo que nos produce un estímulo para explorar y manifestar lo que sentimos y cómo lo sentimos y para convivir de forma más sana con lo que nos pasa.
La psicología de la Gestalt nos permite detectar el estímulo que nos cuesta asimilar y lo que nos genera, ya sea una respuesta emocional (una tristeza profunda), corporal (un peso en la espalda), o mental (una obsesión)
En su origen Fritz Perls trabajaba con dos sillas en sus sesiones demostrativas de terapia Gestalt. Actualmente se usan cojines o un objeto que simbolice el estímulo con el que estableceremos un diálogo.
Aunque podemos experimentar con esta técnica nosotros mismos, siempre resultará más efectiva si nos puede acompañar un/a terapeuta Gestalt de confianza.