Terapia Gestalt para empoderarse: El valor de las decisiones
En nuestro post semanal, compartimos sugerencias para decidir y pasar a la acción. Aquí encontrarás, además, un ejercicio que te ayudará a reconocer aquellas decisiones que te harían la vida más fácil. Porque como decía Stephen Covey: “No soy producto de mis circunstancias, soy producto de mis decisiones”.
Lo que me enseñó la terapia Gestalt sobre las decisiones…
Con terapia Gestalt aprendí que si algo nos empodera en la vida es decidir. Podría mencionar al menos 3 motivos de peso que sustentan esta afirmación:
- La acción de decidir nos conecta a nuestra capacidad para dirigir nuestra vida, a nuestro poder y capacidad de influir en nuestra vida.
- A veces caemos en inercia, y es como si siguiéramos el cauce de unas decisiones anteriores que hace tiempo que quizás no revisamos. Por eso es importante no despistarse e ir tomando nuevas decisiones y reciclar/revisar las antiguas en el devenir del vivir.
- Como dice Humberto Maturana vamos a la deriva, y decidir es nuestra forma de capitanear y gestionar nuestro destino dentro de la relación organismo-ambiente. Se trata también de tomar conciencia de lo que no depende de nosotros y de lo que sí depende de nuestro decidir.
Estos 3 motivos de peso, que aprendí y sigo aprendiendo con Terapia Gestalt, me llevaron a crear un ejercicio que, a modo de sugerencia, puedes seguir para tomar decisiones…
Te propongo un ejercicio para empoderarte….
Con terapia Gestalt aprendí que, al final, una decisión es una acción coherente con una necesidad o anhelo. Sin una acción adecuada ninguna decisión dará frutos.
Te propongo un ejercicio en 4 pasos para reflexionar sobre las decisiones que necesitas tomar en tu vida y empoderarse:
- Reflexiona acerca de qué decisiones tomaste en el último mes
- Ahora evoca las principales áreas de tu vida, por ejemplo: pareja, trabajo, salud, casa…
- Anota: ¿Qué podrías hacer que no estás haciendo?
- Luego anota qué decisiones sientes que te pueden ser nutricias.
Recuerda que decidir implica actuar… Y que tus decisiones se pueden redirigir. A veces no decidimos porque vivimos la falsa creencia que una decisión no es modificable una vez accionada, aunque algunas sí son irreversibles.
Decidir nutre nuestra autoestima y facilita tomar la propia vida.
Escúchate y decide.
“Soy el amo de mi destino; soy el capitán de mi alma»
William Ernst Henley (1849-1903). Poeta inglés.