¿Cómo puede ayudarme la terapia Gestalt a gestionar mis cambios?
Terapia Gestalt y gestión del cambio
Frecuentemente, en mis sesiones de terapia Gestalt, puedo ver que cuando las personas cambian y se acercan a una versión más auténtica de lo que son, empiezan a sentirse solas. Lo que sucede es que, a veces, las personas de nuestro alrededor no saben cómo posicionarse ante nuestros cambios o ajustes personales. Es importante tener en cuenta que es normal que den un paso atrás para poder asimilar una nueva versión de nosotros mismos.
La gestión del cambio pasa por sostener cierto nivel de soledad, al inicio del proceso de cambio o durante el mismo. Pasa por transitar un impasse en el cual soltamos lo antiguo y vamos hacia lo nuevo.
En este proceso de autodescubrimiento los demás deben reubicarse, algunos no lo harán y otros sí, habrá pérdidas y ganancias relacionales. La actualización de lo que somos es una manera buena manera de actualizar nuestro círculo social e íntimo y para poder vislumbrar quienes nos nutren y quienes no tanto.
Enseña a los demás como quieres ser tratado. Es tu responsabilidad. O la tomas o la dejas.
Ante esta apuesta de valentía encontrarás una recompensa mayor a la antigua, y que por sí misma ya es una victoria, aunque a momentos sientas una soledad infinita.
¿Cómo puede ayudarme la Terapia a gestionar mis cambios?
Un proceso de terapia personal te ayuda a transitar este impasse de una forma ecológica y a reconocer tu brújula interior cuando todo se oscurece. No olvides que toda apuesta por uno mismo es una victoria.
Enseña lo que eres. Expón tu maravilla aunque la soledad te azote. No puedes ser otro.
«Eres una maravilla» de Pau Casals
Cada segundo que vivimos es un momento nuevo y único del universo, un momento que jamás volverá… Y ¿qué es lo que enseñamos a nuestros hijos? Pues, les enseñamos que dos y dos son cuatro, que París es la capital de Francia.
¿Cuándo les enseñaremos, además, lo que son? A cada uno de ellos deberíamos decirle: ¿Sabes lo que eres? Eres una maravilla. Eres único. Nunca antes ha habido ningún otro niño como tú. Con tus piernas, con tus brazos, con la habilidad de tus dedos, con tu manera de moverte.
Quizá llegues a ser un Shakespeare, un Miguel Ángel, un Beethoven. Tienes todas las capacidades. Sí, eres una maravilla. Y cuando crezcas, ¿serás capaz de hacer daño a otro que sea, como tú, una maravilla?
Debes esforzarte —como todos debemos esforzarnos— por hacer el mundo digno de sus hijos.
Por Jordi Gil Martin – Co-Director Gestalt Salut Psicoterapia
Puedes contactar al autor a través del formulario al final de la publicación.