En este post veremos qué es la resistencia al cambio, cuáles son los factores que provocan la resistencia al cambio y cómo vencerla con terapia Gestalt.
¿Qué es la resistencia al cambio?
Cuando en mi consulta de terapia gestalt me preguntan qué es la resistencia al cambio, respondo que es cuando queremos hacer algo y no lo hacemos, decidimos X y hacemos Y, o nuestra decisión cae en el olvido, postergamos una acción, evitamos algo que nos gusta,… posiblemente lo que se está dando es una resistencia al cambio.
Las resistencias psicológicas al cambio son obstáculos mentales que se interponen a la hora de pasar a la acción. Son reacciones invisibles que se activan de modo automático cuando nuestro deseo o necesidad es dar un paso importante que conduzca a un cambio o mejora vital.
Los factores que provocan la resistencia al cambio se ponen en marcha ante un posible cambio de coordenadas vitales.
Entonces se activa esta especie de autoboicot, a veces sutil y a veces obvio. Nuestros propósitos de autocuidado, crecimiento personal o de una mejor vida se diluyen y a veces ni nos damos cuenta de cómo se van al olvido.
Veamos ejemplos claros de resistencia al cambio que veo frecuentemente en mi consulta de terapia gestalt:
- Busco un centro para practicar yoga, y dos años después sigo sin hacerlo y padeciendo de dolores musculares y sigo pensando que el yoga me podría ayudar a hacer un trabajo postural
- Me apunto a un curso de conducción y no voy nunca
- Decido dedicarme los viernes mañana para mí y sospechosamente sin darme cuenta no paro de hacer mil recados cada viernes.
Factores que provocan la resistencia al cambio
En terapia gestalt podemos ver que los factores que provocan la resistencia al cambio pueden ser variados, a continuación explico los más importantes:
- Amnesia. Estas desviaciones de nuestros propósitos, son sutiles, a veces aparece una amnesia que adormece nuestros impulsos vitales, y de repente ni nos acordamos de lo importante que era para nosotros apuntarnos a un taller de costura o a una formación de movimiento que llevamos años deseando tener.
- Normalización. La resistencia psicológica nos ata a la zona conocida o cómoda, normalizamos lo malo conocido, o aceptamos la comodidad incomoda.
- La postergación. Aplazar una cuestión es no atenderla en el presente y colocarla en el futuro, la postergación toxica es aplazar una acción creyendo que será hecha pero finalmente no se realiza, o bien no se materializa por contarme que la hare en el futuro o por el simple hecho de que esta memoria se diluirá a base de postergarla, es decir postergación continua o postergación que llevara a la disolución de la acción.
- Inercia o ritmo vital demasiado acelerado. El coche va tan rápido que se salta gasolineras, áreas de servicio y áreas de autocuidado, hasta una realidad futura de accidente, susto o somatización.
- Baja autoestima. En el fondo no me creo merecer algo bonito en mi vida, ni tener el derecho de descansar los viernes mañana o desarrollar algo que me apetece y que sea solo para mí.
- Miedo a lo desconocido. Este miedo lleva a la evitación, consciente o inconsciente. Existe un miedo tácito a ver que pasa si se mueve esta ficha, quizás se dé un efecto domino imprevisible que eche por tierra los andamios actuales. Todo lo contrario se trata de construir nuevos pisos, de hacer reformas y que si se cae parte del edificio ya lo remodelaremos o dejaremos que se caiga.
- Dificultad para desprenderse de lo viejo. Se da una dificultad en despedirse de lo antiguo e ir a lo nuevo, un sobreapego a lo conocido que dificulta el retirarse y soltar estilos de vida antiguos e ir a nuevas zonas de vida, como un niño que le sabe mal irse del antiguo colegio.
Si en alguna ocasión has intentado ir a lo nuevo, lo usual es que surjan algunas resistencias, las cuales construyen un muro invisible que se interpone en nuestro camino. De hecho, estas resistencias son las asesinas de la posibilidad de que nuestros mejores deseos y propósitos jamás se conviertan en realidad. “adiós a los propósitos de año nuevo, adiós a los propósitos vitales, adiós a la realización personal y a los sueños infantiles o adultos”
Esta resistencia da lugar a una muerte de deseos, necesidades, decisiones o movimientos vitales que sutilmente quedan boicoteados por la persona. Y nuestras claridades se van al limbo. Es importante no minimizar las pérdidas que producen estas resistencias para poder combatirlas.
Como vencer la resistencia al cambio con terapia Gestalt
Para vencer la resistencia al cambio con terapia Gestalt te recomiendo:
- Reconectar con el para qué, se trata de dar pasos atrás y recuperar la motivación del paso adelante que queríamos dar, para reconectar con la energía de cambio.
- Agendar en la agenda lo que quiero hacer.
- Pactar conmigo mismo que lo voy a hacer sí o sí.
- Ponerme timings claros y a rechequearlos “antes de junio me apunto a Aikido”.
- Conectar con el dolor de que nos estamos haciendo daño a nosotros mismos y traicionando nuestros anhelos profundos.
- Escribir una carta al yo auto-boicoteador.
- Escribir en la agenda de la semana tus asuntos pendientes, escribirlos cada semana hasta hacerlos.
- Reunirte cada semana contigo mismo y chequear tus deseos y tus asuntos pendientes.
- Ir a terapia, un proceso terapéutico individual Gestalt es un recordatorio de tus necesidades, deseos, y propósitos. También te permite trabajar tu parte boicoteadora, postergadora o autolesiva.
Desarrollar un nuevo hábito pide insistencia para compensar la resistencia. Se trata de no dejar de insistir en crecer como individuos
La actitud que pide la resistencia es una actitud heroica, de tenacidad y confianza en que será posible cumplir la misión y vencer a los obstáculos invisibles que aparecen en la mente y nos desvían de nuestro camino.
“Las cosas no cambian; cambiamos nosotros.”
Henry David Thoreau (1817-1862) Escritor, poeta y pensador.