Cómo transitar los duelos y las pérdidas – Gestalt Salut

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En este post ofrecemos 6 consejos para poder elaborar el duelo y transitarlo del modo menos traumático posible, de una forma ecológica y respetuosa con el propio dolor y sin que se prolongue más allá de lo necesario.

Superar los duelos y las pérdidas

Superar la pérdida de un familiar, pareja, amigo o persona cercana puede ser uno de los mayores retos que podemos enfrentar en nuestra vida. Estas pérdidas pueden causarnos un dolor especialmente profundo.

Encajar la muerte de alguien cercano pide tiempo y realizar un trabajo personal.

No hay una duración “normal” de duelo.

Un duelo tiene varias fases. Cinco, según el modelo clásico de Elisabeth Kübler-Ross en su libro Sobre la muerte y los moribundos, de 1969. Éstas son: Negación, ira, negociación, depresión y aceptación

El duelo es un proceso que no sigue un orden lineal y donde la persona doliente se mueve entre estas fases, y algunas veces ni siquiera se hacen presentes todas esas etapas. Ningún duelo es igual a otro. Cada persona tiene su propia forma y su propio ritmo para metabolizar una pérdida significativa.

Es importante no traumatizar la perdida, la cual cosa requiere dar espacio al dolor vivido y no penalizarlo.

En este post ofrecemos unos consejos para poder elaborar el duelo y transitarlo del modo menos traumático posible, de una forma ecológica y respetuosa con el propio dolor y sin que se prolongue más allá de lo necesario. Estas indicaciones posibilitan transitar el dolor y no caer en lo que se llama un duelo complicado, que es aquel en el que la persona doliente se estanca o queda en exceso condicionado por la pérdida.

Consejos para elaborar un duelo:

1. Dar espacio y legitimar los propios sentimientos

La persona que ha perdido a un ser querido puede experimentar sentimientos muy variados, algunos incluso parecen contradictorios. Es importante legitimar la propia experiencia, y validar que quizás experimentemos tristeza y alivio, o amor y odio hacia el ser perdido.

Lo importante es darse la posibilidad de experimentar tales sentimientos, aunque desde un punto de vista racional le parezcan inadecuados, sin castigarnos por lo que sentimos. Vivimos lo que vivimos.

2. Buscar personas de apoyo

Esta cuestión es importante sobre todo en la primera fase, en el momento de impacto, dos o tres personas en las que podamos sostener nuestro peso.

Es importante no hablar ni mucho ni poco de la pérdida, ni con todo el mundo ni con nadie, con 2 o 3 espacios de confianza e intimidad es suficiente para metabolizar nuestro dolor. A partir de un determinado momento será importante no hablarlo con nadie, y aprender a sostener nuestro dolor quizás con el apoyo de un espacio terapéutico.

3. Recordar lo real

En la medida de lo posible es importante sobretodo en los casos en los cuales la relación con la persona perdida fue difícil, evocar los buenos y los malos momentos. Conectar con lo que real nos sana. No es cuestión de embellecer o afear la realidad vivida con la persona difunta.

Si usted fue feliz con esa persona, pues lo fue, y si fue maltratado, pues también fue así. Ver la realidad nos empodera.

4. Entrar en modo autocuidado

Auto cuidarse a nivel físico y psicológico.

Una buena alimentación, practicar ejercicio físico, descansar y dormir las horas suficientes son factores de gran importancia para sostener la pérdida sin derrumbarse. Necesitamos energía para transitar el cambio vital y seguir adelante.

El autocuidado emocional pasa por atender nuestras vivencias emocionales, cognitivas y somáticas como agotamiento, culpa, impotencia, ansiedad, desesperación, insensibilidad, alivio, confusión, vacío, miedo,…

Este autocuidado nos permite no caer en auto dejadez o auto abandono y posiblemente este autocuidado nos llevara al siguiente punto.

5. Buscar un profesional de la ayuda

Es importante dejarse acompañar cuando uno está experimentando un dolor muy fuerte, y acudir a un profesional que posea mapas y conozca como es el territorio duelo. Este hecho es más importante aún si la persona no ha experimentado grandes pérdidas y puede estar aún más desorientada o confusa.

Además, el apoyo terapéutico puede facilitar gestionar y afrontar situaciones y fechas especiales: la fecha del cumpleaños de la persona fallecida, las primeras Navidades, el aniversario de su muerte, etc. Son momentos que pueden causar pequeñas recaídas de dolor, que a veces sorprenden y desmoralizan. Estas son absolutamente normales y forman parte del proceso.

6. Buscar los propios rituales

Es importante que la persona se escuche y busque en su interior qué necesita para despedirse, y que cree desde esta escucha y quizás también con ayuda de un profesional un ritual que le permite dar espacio a una despedida intima de lo perdido. Los rituales nos ayudan a transitar vivencias humanas.

Un buen duelo e aquel que te transforma y te conecta a tu capacidad de resiliencia, y a continuar con tu vida con más fuerza, claridad y vitalidad. 


“Todo intento de eliminar el duelo solo lo irrita aún más. Debes esperar hasta que es digerido y luego la diversión disipará sus restos.”

Samuel Johnson.


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