Acoger lo que vivimos con la terapia Gestalt.

suhyeon-choi-z-ojMgg99nA-unsplash

Más allá de nuestras creencias: Acoger lo que vivimos con la terapia Gestalt

Es sabido que nada ni nadie es completamente perfecto. La cuestión es aprender a relacionarse con la experiencia y gestionar la imperfección, el desorden, el caos, más allá de nuestras creencias… ¿Qué podemos proponerte desde la mirada de la terapia Gestalt?


La contraposición entre estos dos textos explica cuál es el objetivo de la terapia Gestalt, la de permitir que la persona acoja su experiencia, su dolor y su goce, mas allá de sus creencias.

Pudiendo desde este cobijo poder ser amable consigo misma en lo que le es fácil o difícil, en los sufriente o en lo gozoso.

Este aprender a relacionarnos con nuestra experiencia nos permite poder sostener y gestionar lo que vivimos de un modo ecológico, sin retener o rechazar nuestras vivencias, pudiendo así fluir en el acontecer del día a día. 

Cuando las cosas no son perfectas

Mi hija se acercó a mí y me planteó una pregunta interesante:

-Papá, ¿cómo es que las cosas se lían con tanta facilidad?

– ¿Qué quieres decir con eso de «liar», cariño?

-Ya sabes, papá, cuando las cosas no son perfectas. Mira como está mi mesa ahora, llena de cosas. Está desordenada. Y, sin embargo, anoche, trabajé duro para que estuviera perfecta. Pero las cosas no permanecen así por mucho tiempo. ¡Se lían con tanta facilidad!

-Muéstrame cómo son las cosas cuando son perfectas- le pedí a mi hija.

Ella respondió moviendo todo lo que había sobre su estantería, colocándolo en posiciones individualmente asignadas. Una vez que hubo terminado, dijo:

-Ahí lo tienes, papá; ahora está todo perfecto. Pero no permanecerá de ese modo.

– ¿Y si muevo quince centímetros tu caja de pinturas hacia este lado? –le pregunté- ¿Qué sucede en este caso?

-No papá, ahora ya está liado- contestó ella. De todos modos, la caja tendría que estar recta, y no inclinada como tú la has puesto.

– ¿Y si muevo el lápiz desde el lugar donde lo has dejado hasta el siguiente?

-Ahora vuelve a estar desordenado- dijo ella.

– ¿Y si el libro estuviera parcialmente abierto? Seguí preguntando.

– ¡Eso también estaría desordenado!

-Cariño- dije regresando junto a mi hija-, no es que las cosas se desordenan con facilidad. Lo que sucede es que tú tienes muchas formas de que las cosas se líen, y solamente una para que sean perfectas.

Gregory Bateson, Biólogo y antropólogo 

Las cosas se mueven, vivimos en un devenir, no en un orden estructurado. Nuestras creencias y mapas pueden orientarnos, pero no pueden fijar la realidad de la experiencia humana. Son una brújula para navegar por el universo de la experiencia. Sentimos lo que sentimos. Vivimos lo que vivimos. Se trata de aprender a cobijarnos en las distintas vivencias por las que transitamos.


El ser humano es una casa de huéspedes.

Cada mañana un nuevo recién llegado.

Una alegría, una tristeza, una maldad

Cierta conciencia momentánea llega

Como un visitante inesperado.

¡Dales la bienvenida y recíbelos a todos!

Incluso si fueran una muchedumbre de lamentos,

Que vacían tu casa con violencia

Aún así, trata a cada huésped con honor

Puede estar creándote el espacio

Para un nuevo deleite

Al pensamiento oscuro, a la vergüenza, a la malicia,

Recíbelos en la puerta riendo

E invítalos a entrar

Sé agradecido con quien quiera que venga

Porque cada uno ha sido enviado

Como un guía del más allá.

Rumi, poeta místico


Acoger nos permite mantener nuestra sensibilidad, y por tanto vivificarnos como seres receptivos que respiran sus experiencias sin negarlas o anestesiarlas.

Si te escondes del sufrimiento te escondes de la vida y si te escondes de la belleza también te escondes de la vida.

Deja un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *

Buscar

CONTACTO

PRIMERA SESIÓN GRATIS

PRIMERA CONSULTA ORIENTATIVA GRATUITA Con un psicólogo o terapeuta Gestalt en nuestro centro de Psicología de Barcelona u online. ¡CONTACTA!

NEWSLETTER GESTALT SALUT

Artículos Recientes