Responsabilidad, actitud y Terapia Gestalt
Uno de los tres principios de la terapia Gestalt refiere a la responsabilidad: si hablo, hablo yo, si callo, callo yo. ¿Cómo ir al encuentro de la propia responsabilidad desde el bienestar, y no desde la angustia?. Porque tal como dice Claudio Naranjo, la responsabilidad es un hecho, no una obligación.
Lo que aprendí con Terapia Gestalt sobre la responsabilidad básica de las personas
Uno de los tres principios de la terapia Gestalt refiere a la responsabilidad. Si callo, callo yo, y si hablo, lo hago yo. Cada día desarrollamos una serie de acciones, de las que somos responsables, lo queramos o no.
En este hacer o no hacer, que a veces nos cansa, o que vivimos como una condena, será nuestra actitud la que dará a nuestra responsabilidad un sabor amargo, agrio, salado o dulce. Cada día te encuentras con esta responsabilidad, y naturalmente a momentos puedes descansar de ella, el descanso del guerrero a veces existe, y puedes soltarla un rato.
Y tomar tu vida es tomar tu responsabilidad. No la tomes como una obligación, es un hecho, existen cuestiones en la vida que no pueden ser muy cuestionadas.
La responsabilidad es un hecho: Claudio Naranjo y la Gestalt
Una frase de terapia gestalt, de Claudio Naranjo, que me gusta mucho citar, dice así:
“La responsabilidad no es un deber sino un hecho inevitable. Somos los actores responsables de cualquier cosa que hagamos. Nuestra única alternativa es reconocer tal responsabilidad o negarla. Y percatarse de la verdad, nos cura de nuestras mentiras.” Claudio Naranjo
Este encuentro con uno mismo y con la propia responsabilidad que propone Claudio Naranjo y la terapia Gestalt, es una relación para toda la vida, y uno aprende a estar con uno mismo y a gestionar las propias facilidades y dificultades en el vivir.
Para ilustrar mejor esto, te voy a contar «La historia del león»:
“En una ocasión un magnífico león se acercó hasta un lago de aguas tranquilas y espejadas para calmar su sed y, al acercarse a las mismas, vio su rostro reflejado en ellas y pensó:
-¡Vaya!, este lago debe ser de este león. Tengo que tener cuidado con él.
-Atemorizado se apartó de las aguas, pero como tenía tanta sed regresó a las mismas para poder beber un poco.
Para su sorpresa, allí estaba otra vez el imponente “león”. ¿Qué podía hacer? La sed lo abrazaba y no había otro lago cerca.
Retrocedió.
Unos minutos después volvió a intentarlo y, al ver al “león”, abrió las fauces amenazadoramente, pero al comprobar que el otro “león” hacía lo mismo, sintió terror.
Salió huyendo, pero ¡era tanta la sed que sentía!
Lo intentó varias veces de nuevo, pero siempre corría espantado ante la imagen del temible adversario. Pero como la sed era cada vez más insoportable, tomó la firme decisión de beber agua del lago costara lo que costara.
Así lo hizo. Y al meter la cabeza en las aguas, ¡el “león” desapareció!”
Cómo puede ayudarte la terapia Gestalt a ser responsable desde el bienestar
La historia del león nos enseña que, en el proceso de terapia Gestalt individual, la persona aprende a no angustiarse en el encuentro consigo misma, y a poder beber de la vida sin ahogarse en ella.
La terapia Gestalt ofrece una conversación y unas experiencias, ya sea en su formato de terapia individual o de terapia grupal. La terapia Gestalt permite a la persona transitar lo que le es difícil para aprender a hacerse cargo de ella. En este sentido funciona como un laboratorio de empoderamiento, en el cual aprendemos a sostener la propia responsabilidad desde un mínimo de bienestar, no desde la angustia.