El drama del predicador
Al hacer terapia, como terapeuta tanto como cliente, podemos encontrarnos con lo que el Psicólogo Jordi Gil llama «el drama del predicador». ¿Te ha pasado de dar un consejo, sin ni siquiera aplicarlo? O al revés, ¿recibes consejos de terapeutas, psicólogos o profesionales del desarrollo personal, que notas que no aplican lo que predican?
El artículo es una invitación a conectarnos con nuestra autenticidad y, desde las enseñanzas de la Gestalt, dejar de exigirnos ser perfectos.
Reflexiones gestálticas de Jordi Gil
Una reflexión inicial acerca de Predicar con el ejemplo en terapia:
Se explica la anécdota de que una madre llevó a su hijo de seis años a casa de Mahatma Gandhi.
Ella le suplicó:
– Se lo ruego, Mahatma, dígale a mi hijo que no coma más azúcar. Es diabético y arriesga su vida haciéndolo. A mí ya no me hace caso y sufro por él.
Gandhi reflexionó y dijo:
– Lo siento señora. Ahora no puedo hacerlo. Traiga a su hijo dentro de quince días.
Sorprendido la mujer le dio las gracias y le prometió que haría lo que le había pedido. Quince días después, volvió con su hijo. Gandhi miró al muchacho a los ojos creando una gran conexión y le dijo:
– Chico, deje de comer azúcar.
Agradecida, pero extrañada, la madre preguntó:
– ¿Por qué me pidió que lo trajera dos semanas después? Podía haberle dicho lo mismo la primera vez que vino.
Gandhi respondió:
– Hace quince días, yo comía azúcar.
¿Te ha pasado de dar o recibir consejos terapéuticos sin aplicarlos?
En la vida es fácil caer en lo que podemos llamar el drama del predicador. Éste consiste en predicar a los otros cuestiones, consejos o acciones que no nos aplicamos.
Para aumentar nuestra coherencia es importante realizar internamente una práctica que pasa por detenerse antes de decir algo y preguntarnos sinceramente si eso que vamos a decir nos lo aplicamos. Si es así, adelante… si no mejor callar.
Deja de dar lo que no tienes, el poder dar desde el «no se», o desde lo que se tiene, sea poco, mucho o nada, nos vincula de forma auténtica, nos humaniza y nos permite crear lazos íntimos de gran riqueza.
Conectar con la coherencia, más allá del error y del acierto
A veces el drama del predicador se da en el mundo del crecimiento personal.
Es importante que el profesional de la ayuda mantenga una coherencia interna. La coherencia de ser se transmite al cliente.
Si no, nos parecemos a ese terapeuta famoso que siempre se deprimía un poco después de terminar sus conferencias sobre la felicidad y el empoderamiento.
Por un paradigma terapéutico más respetuoso
Aprendemos desde pequeños a través de modelos. Y necesitamos modelos fiables, humanos, sinceros que nos permitan ablandar nuestra exigencia y reconocernos desde nuestra humanidad más allá del error y del acierto.
La excelencia puede caminar junto a la humanidad. Es importante pasar a un paradigma más respetuoso y real donde valoremos a modelos imperfectos, a conferenciantes que se atascan en su discurso, a terapeutas capaces de decir “no sé qué decirte ante lo que me cuentas, lo que si se es que lo siento mucho” (Artículo relacionado: Cómo elegir a un psicólogo o terapeuta), a padres que se reconocen desbordados y con pocos recursos…
Dejemos de fingir. Confiemos en modelos que reconocen sus limitaciones, al mismo tiempo que son capaces de llevarnos un poco más lejos de lo conocido y de facilitar nuestro crecimiento personal.
Por Jordi Gil Martin – Co-Director Gestalt Salut Psicoterapia
Puedes contactar al autor a través del formulario al final de la publicación.
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