¿Qué hacer cuando te sientes agredido/a? Parte 1

persona haciéndose daño

Sentirse atacado o atacada es una experiencia que se da muchas veces en el vivir. Y qué hacer si te sientes agredido/a, atacado/a u ofendido/a es una pregunta que además tiene múltiples respuestas, ya que depende mucho de:

  • nuestro estado anímico, 
  • de si siempre te sientes atacado o de tu actitud defensiva, 
  • del cómo se producen estas situaciones, 
  • del quién sientes que te ofende u ataca, por ejemplo si te sientes atacado por tu pareja o por un desconocido.
  • de si es un espacio público o privado 
  • y de dónde se producen estas situaciones. 

 

Cómo responder cuando te sientes agredido/a o atacado/a

Sentirse atacado es una experiencia compleja y controvertida, como actuar cuando me siento dañado en una situación humana o por alguien en concreto.

No hay una única fórmula, ni una única respuesta, pero sí que hay cuestiones a tener en cuenta y que facilitan gestionar situaciones en las que nos sentimos dañados/as, agredidos/as o insultados/as.

Una buena respuesta a cómo actuar cuando te sientes agredido es que es importante tener distintos formas de responder, y que es muy importante analizar la situación y tener conciencia desde qué modo de respuesta partimos ante una agresión. 

 

Si te sientes agredido o atacado es importante ver qué respuesta instintiva activas: ¿Luchas?, ¿Te congelas?, ¿Huyes?

Estamos programados biológicamente para reaccionar ante una situación de amenaza, daño o peligro. Gracias a nuestro diseño biológico, nuestro sistema de alarma nos alerta del potencial riesgo de ser atacados en el presente o en el futuro, en esto tiene una gran importancia el papel de la amígdala cerebral, nuestro detector de incendios, humos y dardos envenenados.

Esta región cerebral nos conecta a tres respuestas defensivas y de supervivencia:

Huir, Atacar o Parálisis (hacerse el muerto o congelación). 

Estas son respuestas instintivas primarias, es decir que se activan sin la intervención de nuestro nivel cognitivo, dependen del sistema nervioso autónomo, se detonan de forma automática-instintiva. Son filogenéticamente esenciales para nuestra supervivencia.

En nuestra actualidad, después de siglos de evolución de nuestro sistema nervioso, nuestro nivel cognitivo, cuya estructura más significativa es el córtex prefrontal, puede ayudar a modular lo instintivo y responder de un modo más amplio, variado y estratégico, podemos mentalizar lo instintivo en determinadas situaciones y gestionarlas desde nuestra necesidad y coherencia, el sistema nervioso autónomo (SNA) me puede decir que me vaya de una fiesta y yo decidir que me quedo. Como la vida es compleja, naturalmente en caso de fuego real o tsunami mejor dejarnos llevar por lo instintivo y mentalizar poco.

Para aprender a gestionar situaciones donde vivimos una agresión, es importante el autoconocimiento, y poder reconocer mediante un proceso terapéutico individual o mediante la reflexión propia, cual es nuestra tendencia de respuesta instintiva básica. Es decir si solemos responder desde el ataque, huida o congelación. 

La hiperactivacion o hipoactivación del SNA, también es influenciado por la propia experiencia relacional y por la biografía traumática de cada persona. Si he sido muy atacado en la infancia o en la adolescencia seré hipersensible a sentirme dañado, y fácilmente percibiré que un comentario neutro es un  ataque, mis viejas heridas teñirán mi percepción actual y se activará una respuesta de supervivencia, que fue la que me salvó anteriormente, ya fuese en el contexto familiar o escolar, que es donde se da la primera educación, y se experimentan las primeras relaciones de cuidado y de agresión.

Si lo deseas te recomendamos leer nuestra página de psicólogos para la ansiedad.

Reconocer nuestra tendencia básica de defensa

Dentro del trauma relacional que muchas personas padecen, en menor o mayor medida, es importante reconocer qué estrategia de supervivencia se activa.

En situaciones interpersonales de conflicto, malestar o ataque se activará esta tendencia:

“desde el instituto me doy cuenta que vivo en modo ataque”

“Después del accidente de coche tengo más tendencia a achicarme o a no defenderme si me atacan”

“una chica del cumpleaños me soltó una broma pesada y al cabo de diez minutos me fui”.

Mediante un trabajo de autoconciencia y autoconocimiento, podemos detectar la estrategia habitual y desde allí ver qué necesitamos desarrollar.

En estas tres experiencias, de lucha, huida o congelación, si es posible y si no hay riesgo para tu  integridad físico-emocional, es importante explorar distintas vías de experiencia, para poder salir o compensar nuestra automática respuesta autónoma. Existe un abismo entre responder y reaccionar de un modo automático, desde el SNA,  ese abismo son 1-2-3 segundos de lucidez y de espacio para una posible acción del córtex prefrontal. A continuación mostramos cuestiones a trabajar según nuestra respuesta a una agresión;

La persona que está en modo ataque de forma habitual es importante que desarrolle una mirada más compasiva y aumente su nivel de tolerancia vs las dificultades, limitaciones o características del otro. Es importante que sepa contenerse y modular su respuesta de ataque.

  • “cuando llegue  a la reunión me di cuenta que no paraba de soltar ironías, hasta que me di cuenta que estaba nervioso y me relaje:”

La persona a quien se le activa el modo huida es importante que firme un contrato consigo mismo conforme se va a mantener en la zona humana en la que se siente atacado o atrapado por su amígdala, para desde allí reconocer que emociones experimenta, y ver de gestionarlo de otras formas. 

  • “me hubiera ido de la fiesta en el minuto 1, fui al baño y después le dije a R. de hablar a  solas un rato”

La persona a quien se le activa el modo congelación es clave que se acoja en la zona humana donde se ha quedado congelada, y busque maneras sutiles de descongelarse, de salir del shock e iniciar alguna acción que le permita atender a su yo experiencia.

  • “Me sentí atacada por mi pareja, me quede helada, pude sentarme en una silla, me tome una infusión y después le dije todo el daño que me hicieron sus comentarios, sin alterarme y sin dejarme nada en el tintero”

En las tres situaciones es importante que las personas se recuerden que tienen más estrategias que cuando vivieron los contextos originales, es decir que hace 5, 25 o 40 años atrás, los recursos de mi adulto son mayores que lo de mi yo niño, o yo adolescente. El trauma da mucha amnesia. 

Cómo puede ayudar la Terapia Gestalt 

Dentro del proceso de terapia individual gestalt la persona aprende qué tips le son más útiles, ya sea lavarme la cara, sentarme, respirar un poco, visualizar un color que lo calme, …cada persona encontrara su herramientas y asimismo poder sanar traumas que permitan a la persona experimentar menos flashbacks es decir dejar de revivir situaciones en las cuales fue dañada. Para más información puedes leer nuestro post sobre flashbacks aquí.

El trabajar con nuestro sistema de alerta nos va a permitir trabajarnos multitud de temas que nos permitirán desarrollar muchos recursos internos, algunos ya los conocemos, y otros son invisibles y emergen  de nuestras capacidades innatas.

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